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¿Dónde se ven los partidos de la Copa América?

Según un estudio realizado por MasterCard, el 70% de los aficionados verían los partidos de fútbol en su lugar de  trabajo. El 38% de los peruanos consultados afirmaron que su oficina sería la tribuna para vivir los enfrentamientos de su equipo. Y una misma proporción de encuestados, 38%, perteneciente a los brasileños, colombianos y mexicanos fueron más específicos y dijeron que verían los partidos desde la comodidad de su silla de trabajo. En el caso de los argentinos, la proporción baja a 29% ; y el de los chilenos, la cifra es 27%.

Pero para disfrutar de una fiesta es importante la preparación y es ahí en donde 75% de los aficionados admite prepararse con una semana de antelación para vivir un partido. Después de encargarse de la comida y la bebida, muchos también afirmaron que invierten su tiempo en modernizar su televisor, adquirir nuevos accesorios de su equipo y actualizar su paquete de televisión por cable. 

Los sacrificios son otro de los puntos que abordó el estudio de MasterCard y en este punto preguntaron: ¿qué dejaría de hacer usted  por el fútbol? La sorpresa de la encuesta revela que 56% de los aficionados dejarían de asistir a un evento familiar por ver un partido importante que comprometa la clasificación, por ejemplo. Otro de los eventos “importantes” que se perderían por el fútbol sería las citas románticas, graduaciones  bautizos.  Un 22% de los colombianos ratificaron que no irían a una graduación.

Contar con suerte es clave para cualquier encuentro futbolístico y como buenos latinos  creemos en los objetos de buena suerte y el poder de la palabra, para tener una “ayudita” extra en el terreno de juego.

El estudio también reveló ¿qué hacen los fanáticos para influenciar los partidos? 69% de los peruanos animan al televisor, 66% de los colombianos usa accesorios del equipo así como 57% de los mexicanos encuestados. 43% de los  brasileños recomiendan jugadas y estrategias durante el partido; 26% de los argentinos, por su parte, necesitan usar una prenda de la buena suerte y 17%  de los gauchos cree en la superstición.