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El centro de belleza masculino de los políticos de París

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En el triángulo del lujo de París se encuentra este salón de belleza exclusivo para hombres al que van los jeques, lores y jugadores del Paris Saint Germain.

Expansión - Madrid

Pierre Bergé era un asiduo, como lo es Hubert de Givenchy, quien a sus casi 90 años acude semanalmente. Oliver Stone y algunos de los jugadores del Paris Saint Germain son otros fieles, junto a una clientela internacional que sabe que Le Cercle Delacre es la dirección cuando se trata de cortarse el pelo, la barba, realizarse una manicura, una pedicura, un masaje a dos o cuatro manos...

“Tenemos una lista muy amplia de tratamientos y cada vez vamos añadiendo nuevas propuestas”, afirma Marc Delacre, el hombre a la cabeza de este centro de belleza con una treintena de empleados, donde “nunca hay un no por respuesta. Si estamos en el universo del lujo, no podemos decir no a nuestros clientes: siempre buscamos satisfacerlos al máximo”. Y es que no existe un centro de las mismas características en el mundo.

Tras haber trabajado más de tres lustros en Alexandre Paris, llegando a ser el peluquero que más cabezas cortaba -no en el sentido literal, se entiende-, era lógico que tomara un rumbo diferente. Un día, a finales de los 80, un potentado cliente a quien tenía la costumbre de cortarle el pelo le propuso a Delacre un reto: abrir un centro solo para hombres que llevara el nombre del peluquero. El capitalista, que no quiso que figurara su firma y que aún continúa en la sombra, supo que con Marc Delacre, con su profesionalidad y saber hacer, el éxito estaba asegurado.

Tres y hasta cuatro generaciones que acuden, del abuelo al nieto... y hasta el biznieto a este centro de belleza, que ocupa 650 metros cuadrados, divididos en dos plantas. El plato fuerte es la experiencia Premium Delacre, históricamente reservada a jeques, lores y altos mandatarios y que consiste en seis horas en las que se ocupan de cabello, cara y cuerpo. La novedad que ahora añaden es una cabina para rostro con productos de Intégrall, la firma nicho que puso en pie Didier Rase. El que la prueba, repite.

Quien pone los pies en este oasis de la estética masculina, donde no faltan hammam, sauna, restaurante, aparcacoches y hasta limpiabotas, se siente como en un club privado, en una decoración que combina madera, mármol y cuero. Además de sus más de treinta propuestas, organizan para sus clientes eventos especiales con reconocidas firmas de champán, como Deutz; caviar, como Ultreïa; o prendas de lujo, caso de Scabal.

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