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El competidor de Virgin con los viajes al espacio

Expansión - Madrid

A Richard Branson y su empresa Virgin Galactic les salió un duro competidor en la pugna por poner al primer turista en el espacio: la holandesa Space Expedition Corporation (SXC), que está avanzando a pasos agigantados y con mucho menos ruido para ser la primera en proporcionar vuelos suborbitales.

Para finales de este año prevé comenzar con los primeros viajes de prueba y, de seguido, los oficiales. Ya ha vendido 250 billetes, a US$102.000 cada uno, por menos de una hora a bordo.

Habrá cuatro españoles, que se mantienen en el anonimato como el resto del pasaje, exceptuando al cantante irlandés Bob Geldof.

Al final de la cola para volar, también están los 24 ganadores de una prueba internacional organizada por el desodorante Axe, entre los que se encuentra un oriundo de Talavera de la Reina (Toledo), Eduardo Lurueña.

“Quiero ver el Sol como una bola de gas, los colores de las galaxias, la brillantez de las estrellas”, expresaba este profesional de las artes marciales deseando echar ya a volar.

En gran medida, la espera se está haciendo eterna porque Branson lleva anunciando el despegue de sus naves desde ni se sabe. De hecho, este debería haber ocurrido hace dos años. Su oponente en esta carrera espacial es de carácter más discreto y prudente.

Con 2.600 horas de vuelo en un F-16 y varias operaciones para la Otan en su currículo, Van Hulten era de esos niños que tenía las paredes de su cuarto cubiertas de pósters con aviones, naves espaciales y constelaciones.

Otra diferencia es que Virgin Galactic necesitará una nave nodriza para despegar, mientras que The Lynx lo hará por sí sola, bastándole una pista convencional de 2,5 kilómetros. Esto explica que Branson haya tenido que pedir a Norman Foster que le construya un aeródromo en el desierto de Estados Unidos y que Van Hulten se haya podido permitir el lujo de elegir como base de operaciones Curazao, un minúsculo territorio autónomo de los Países Bajos.