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El Ficci recibirá lo mejor del cine independiente

Colprensa

La independencia y el compromiso con las dos palabras más adecuadas para definir a John Sayles, sin duda, el uno de los íconos del cine independiente en el mundo y que estará en la versión 54 del Festival Internacional del Cine de Cartagena – Ficci. 

El 18 de marzo, el público cinéfilo podrá tener contacto directo con este personaje en un conversatorio para hablar de sus experiencias, cuyas películas son ejemplos de independencia tan longevos y sólidos que merecen no sólo una retrospectiva o reconocimiento, sino el mayor de los aplausos. 

Sayles, quien ha sacado producciones sin los grandes presupuestos o grandes estudios de Hollywood, se autodenomina el abuelo del cine independiente norteamericano, por su casi 40 años contando historias, sin perder vigencia. Varios de los temas que trata en sus cintas “no son los que más gustan en el cine comercial norteamericano”: corrupción, inmigración, especulación, explotación, robo, abuso de poder, esos que hablan del otro lado de la moneda del sistema de Estados unidos. 

Con 21 títulos en su haber como director, 35 como guionista y 29 como actor, entre otros, el 54º Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias –FICCI- presentará una retrospectiva con 10 de sus películas. Dentro de las Presentaciones Especiales del Festival tendremos la posibilidad de ver su más reciente trabajo, Go for Sisters (2013), una película sobre la amistad con el retrato de fondo de la frontera entre México y Estados Unidos. El tema de las fronteras aparece también desde otro ángulo en su película Lone Star (1996), en la que un Sheriff deberá investigar la aparición de un cadáver en el difícil ambiente de un pueblo del desierto poblado por inmigrantes mexicanos. Otros títulos en los que Sayles retrata el contacto de la cultura estadounidense con la latinoamericana son Casa de los Babies (2003) que trata el tema de las adopciones en Sudamerica o Men with Guns (Hombres armados, 1997) donde un médico acomodado se enfrenta a la realidad socio-política y los conflictos armados. 

La retrospectiva se completa con otros temas muy del gusto de Sayles. La crudeza del sistema capitalista, desigual y opresor, donde no importa el precio, ni las vidas humanas aparecen en Sunshine State (La tierra prometida, 2002), City of Hope (Ciudad de Esperanza, 1991), Silver City (2004) y Matewan (1987). O la corrupción vista a través del deporte norteamericano por excelencia, el beisbol, en Eight Men Out (Ocho hombres, 1988), para finalizar con The Return of the Secaucus Seven (1980), su debut como director, que habla de viejos sueños y luchas universitarias. 

En el cine de Sayles no existen miedos ni tabús. Sus películas no hablan de un mundo de buenos y malos porque todo ser humano encierra en su interior esas dos partes. Su cine habla más bien de un mundo desigual, en el que unos tienen el poder, el dinero, las armas y las herramientas para tratar de imponerse y doblegar, mientras otros, que aparentemente no cuentan con nada, tienen en sus manos el poder de la organización, la solidaridad o la amistad y la fuerza de los sueños.