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El hotel de lujo Four Seasons compró avión y ofrece vuelta por US$122.505

Expansión - Madrid

Los ‘happy few’, esos seres privilegiados que no reparan en el precio de sus caprichos, ya no se quedan en sus grandes mansiones viendo cómo aumenta su fortuna.

El rancho en Colorado, la isla en Grecia, el cottage en Yorkshire, el castillo en el Loira, estuvieron bien para sus antepasados, pero las estancias prolongadas en estos nidos de oro resultan ahora demasiado sedentarias.

Los ricos entre los ricos, explican el éxito de la nueva modalidad de viaje más exclusiva: las vueltas al mundo en jets privados.

La iniciativa más mediática de cuantas existen hasta la fecha,  la protagoniza el lujoso grupo canadiense Four Seasons, en manos del empresario Bill Gates y del príncipe saudí Al-Waleed bin Tatal. 

Por primera vez en la historia, el nombre de una cadena hotelera de gran lujo figura en el fuselaje de un avión, sin que este sea un pequeño jet o un hidroavión para transporte de sus huéspedes.  Se trata de un Boeing 757-200ER, operado por TCS World Travel, referencia en la aviación privada de alto nivel. 

Tiene capacidad para 55 privilegiados pasajeros que podrán viajar a 35.000 pies de altura recorriendo la distancia entre China y Las Maldivas, o bien, en las profundidades del archipiélago acompañados de un biólogo marino. 

La primera vuelta al mundo comenzó el pasado 16 de agosto en Seattle y concluirá en Nueva York el próximo 8 de septiembre. En el itinerario hay escalas en los lujosísimos hoteles de la cadena en ciudades como Tokio, Pekín, San Petersburgo, Estambul o Marraquech, entre otras.

Nunca en la historia existió una élite tan numerosa, ni tan amante de moverse de aquí para allá. Tienen auténtico apetito de disfrutar del mundo a lo grande. Tratar de complacerles es todo un desafío para el sector de los viajes de alta gama, que se muestra muy complacido de adaptarse a sus nuevos gustos.