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En el Hay Festival también hay espacio para el fútbol

Colprensa

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Tres seguidores del buen fútbol se perdieron este jueves el partido del Barcelona F.C. en la Copa del Rey, todo para hablar de la relación que tiene este deporte con los diferentes géneros literarios y otros afines, como la crónica, en una charla que tuvo sólo un tiempo de 60 minutos.

Los invitados fueron los escritores Eduardo Sacheri, de Independiente de Avellaneda (Argentina), junto a Daniel Titinger del Universitario de Deportes (Perú), y Daniel Samper Ospina del Independiente Santa Fe (Colombia), quienes no podían empezar de otra forma la charla: “En este momento juega el Barcelona, por lo que nuestro auditorio no es hincha seguidor del buen fútbol, de lo contrario no estarían aquí”, comentó Samper Ospina.

Una charla de puro toque toque entre estos tres experimentados escritores que de una u otra manera, viven el fútbol y lo abordan desde sus tribunas, sea desde las columnas de opinión, la crónica, o géneros literarios como el cuento y la novela.

Titinger no podía dejar de mencionar que en la noche del jueves, Deportes Tolima se enfrentaría al César Vallejo del Perú, “Once contra uno… si el poeta viera jugar al equipo que lleva su nombre, se moriría de nuevo”, comentó Daniel, quien dirige un diario deportivo en Perú.

“En mi país somos masoquistas. Tenemos mal fútbol y cuatro diarios deportivos que se dedican en su mayor parte a este deporte. Creo que no hay día más gris que el lunes, cuando aparecen los diarios con las noticias deportivas que no suelen ser muy alentadoras”, continuó el hincha de Universitario de Deportes.

Samper Ospina tomó el balón (la palabra), y empezó a lanzar algunos pases al vacío para que tanto Daniel como Eduardo picaran y remataran con sus frases y reflexiones, aunque en algunas ocasiones sin la precisión que suelen tener en sus textos.

Hinchas y rivales

Apareció Jorge Luis Borges, quien consideraba que el fútbol era una cosa de ingleses estúpidos, a lo cual, el primero en salir a la cancha fue Eduardo Sacheri, recordado por ser el autor de ‘La pregunta de sus ojos’, que luego sería llevada al cine bajo el nombre de ‘El secreto de sus ojos’, de la cual también participó como guionista.

“Creo que el fútbol tiene un sinfín de elementos éticos y estéticos que le van bien a la literatura. Además, un deporte que cuando lo practicas, nos iguala a todos en la torpeza, donde los partidos terminan en los noventa minutos pero son los hinchas quienes lo prolongan hasta el siguiente encuentro”, comentó Sacheri.

Titinger, rematando desde fuera del área, fue claro y directo en su apreciación entre fútbol y literatura: “Los argentinos le han puesto letra al fútbol”, refiriéndose al hecho de que más allá de la tradición argentina en el género del cuento, existe una tradición en el cuento sobre fútbol, casi como un subgénero del mismo.

Pero como suele suceder en la literatura, la riqueza está en el dolor, en la derrota, a lo cual advierte Titinger, que si esto fuera así, los mejores escritos de fútbol serían peruanos.

“Tenemos tan mal fútbol que ahora sólo hablamos de nuestra gastronomía. Los chefs peruanos son nuestros Messi”, dice.

Más allá de la ironía y el humor, estos escritores dejan claro que el fútbol no deja de ser una excusa para escribir sobre la vida, porque dice Titinger: “Dicen que el fútbol es la vida misma, pero en Perú es como la muerte, no vemos una”.

En un repaso por las obras literarias que tienen que ver con el fútbol, todas utilizan este deporte para hablar de otras cosas, “Yo nunca me propuse escribir sobre fútbol, pero en Argentina, empecé a escribir sobre la gente a mi alrededor y de una u otra forma, todas tienen que ver con fútbol, así que se convierte o en un hilo conductor o un telón de fondo que puede llegar a ser interesante”, comentó Eduardo Sacheri.

Y agregó: “Siento que empezamos a escribir más de fútbol cuando el fútbol profesional se alejó de lo que nos gustaba, cuando la televisión lo empezó a presentar como algo ajeno a nosotros, y la literatura habla de los partidos de barrio y cuando entra al estadio, es para dedicarse a los hinchas, los únicos que siempre juegan sin cobrar”.

Un juego divertido, una charla amena donde aparecieron nombres como Roberto Fontanarrosa, Juan Villoro, Santiago Segurola y por Colombia, crónicas como Alberto Salcedo Ramos y la inolvidable crónica de Álvaro Cepeda Samudio con ‘Garrincha’ en el ocaso de su vida.