Google estableció según búsquedas cuáles son las pinturas más famosas de la historia
miércoles, 31 de mayo de 2023
En este listado, con base en las búsquedas de los usuarios en Google, aparecen obras en diferentes museos alrededor del mundo
Expansión - Madrid
Cuando los primeros seres humanos trazaron hace más de 45.000 años figuras de animales y motivos geométricos en las paredes de las cuevas dieron forma a las primeras pinturas, que hoy continúan siendo un medio de expresión y una manifestación que forma parte de las siete bellas artes, en conjunto con otras ciencias, como la literatura y la arquitectura.
Aunque no se pueden cuantificar ni conocer las obras creadas durante los últimos milenios, sí se pueden destacar aquellas que han destacado sobre otras logrando una trascendencia sorprendente y alcanzan la fama requerida que las convierte en familiares para el público y en todas unas joyas que reposan en museos alrededor del mundo.
Para saber cuáles son las pinturas más famosas del mundo hemos recurrido a Google, que nos ha arrojado los resultados de las búsquedas de los cuadros más googleados por los usuarios de la plataforma.
La Gioconda, Leonardo Da Vinci
También conocida como Mona Lisa, es la obra con más renombre de Leonardo Da Vinci y el cuadro más famoso del mundo. Hoy en día, la pintura se encuentra en el Louvre de París. Se dice que es un retrato de Lisa Gherardini, esposa de Francesco del Giocondo, pero también que se trata de la madre de Da Vinci, Caterina, o incluso que es un autorretrato del pintor. La fama de esta pintura no se basa únicamente en la técnica empleada o en su belleza, sino también en los misterios que la rodean.
Guernica, Pablo Picasso
La obra maestra del holandés fue pintada en 1889 por Van Gogh en el manicomio de Saint-Rémy, donde se recluyó hacia el final de su vida. De hecho, el lienzo parece reflejar su turbulento estado mental del autor postimpresionista en ese momento, ya que el cielo nocturno cobra vida con remolinos y orbes de pinceles aplicados frenéticamente que brotan del yin y el yang de sus demonios personales y de su asombro por la naturaleza.
La noche estrellada, Vincent Van Gogh
La obra maestra del holandés fue pintada en 1889 por Van Gogh en el manicomio de Saint-Rémy, donde se recluyó hacia el final de su vida. De hecho, el lienzo parece reflejar su turbulento estado mental del autor postimpresionista en ese momento, ya que el cielo nocturno cobra vida con remolinos y orbes de pinceles aplicados frenéticamente que brotan del yin y el yang de sus demonios personales y de su asombro por la naturaleza.
La Última cena, Leonardo Da Vinci
Es una pintura mural, realizada entre los años 1495 y 1498, y fue encargada por Ludovico Sforza para el refectorio del Convento de Santa María delle Grazie en Milán, Italia, y el artista no cobró por ella. Actualmente esta pintura mural se encuentra en la pared sobre la que se pintó originalmente. La escena recrea la última cena de Pascua entre Jesús y sus apóstoles, a partir del relato descrito en el evangelio de Juan, capítulo 13.
La joven de perla, Johannes Vermeer
También conocida como ‘Muchacha con turbante’, es una de las obras maestras del pintor neerlandés Johannes Vermeer. Data de 1665 y tiene a la perla como punto focal del cuadro. La modelo es desconocida, aunque se ha especulado que podría haber sido la criada del artista que representó a la joven mirando a los ojos del espectador por encima de su hombro. La pintura se encuentra actualmente en el museo Mauritshuis de La Haya.
El beso, de Gustav Klimt
Aunque las obras del austriaco creaban escándalos y eran criticadas como pornografía por ser excesivamente pervertidas, el beso de una pareja encerrada en la intimidad fue recibido con entusiasmo y enseguida encontró un comprador. Este óleo sobre lienzo pintado entre 1907 y 1908 sigue los cánones del simbolismo y representa un punto culminante de la “fase dorada” del artista entre 1899 y 1910.
Las Meninas, de Diego Velázquez
Es una de las obras de mayor tamaño del pintor del Siglo de Oro español “y en la que puso mayor empeño para crear una composición a la vez compleja y creíble (...)”, cuentan en la web del Museo del Prado, donde se exhibe este cuadro pintado en el año 1656 en el que se retrata a la infanta Margarita, hija del rey Felipe IV, en el taller del pintor situado en el Palacio Real Alcázar de Madrid.