Fórmula para dinamizar el consumo en el fin de año
viernes, 5 de diciembre de 2025
Nuestro Bogotá optó por una atracción oficial de la franquicia de Nickelodeon de cerca de 200 metros cuadrados de área dedicada, que combina el edu-entretenimiento con la temática navideña
David Vaca
En lo que respecta a los centros comerciales, sobre todo en las grandes capitales del país, hay anclas -como las tiendas de gran formato, los supermercados, las canchas deportivas, las zonas de entretenimiento y el cine- que atraen un flujo regular y representativo de visitantes a lo largo de todo el año.
Estas anclas, si bien tienen ofertas y campañas de temporada, son transversales al funcionamiento de los centros comerciales, a tal punto que, en la mayoría de los casos, se terminan convirtiendo en una especie de diferencial y en una propuesta de valor para los diferentes usuarios.
Sin embargo, para épocas del año tan determinantes como la del fin de año, en las que varias marcas se juegan sus indicadores, no es suficiente contar con un abanico nutrido de anclas; es necesario complementarlo con propuestas de ocio dedicadas, que le den una connotación especial al entorno.
Por esta razón, es común encontrar por estos días distintas apuestas de entretenimiento, según el tipo de público objetivo de cada centro comercial: pistas de patinaje sobre hielo, conciertos y obras de teatro, muestras culturales, atracciones temáticas y experiencias inmersivas, por mencionar algunos ejemplos.
Dichas apuestas, dependiendo de qué tan bien se implementen y promocionen, no solo tienen la capacidad de apalancar el tráfico, sino que también incrementan el tiempo que las personas destinan en sus visitas; lo que tiene una incidencia directa en las ventas y el ticket promedio.
Para este año, en el caso de Nuestro Bogotá -que tiene como principales públicos a: residentes de Fontibón y Engativá, trabajadores de la zona, y viajeros del El Dorado y el Puente Aéreo-, se optó por una atracción oficial de la franquicia de Nickelodeon de cerca de 200 metros cuadrados de área dedicada, que combina el edu-entretenimiento con la temática navideña, para darle una oferta de diversión a toda la familia.
Tal atractivo ejerce como complemento de nuestras anclas actuales: cine (Cine Colombia), supermercado (Éxito Wow), tiendas de gran formato (H&M), canchas deportivas (karts, pádel, boleras), notaría, servicios de salud, espacios de entretenimiento (láser, trampolines y zonas de juego para niños) y oferta de restaurantes a mantel.
Gracias a esta movida, y pese a que los resultados se siguen ponderando todavía -con cada día de diciembre que transcurre-, hemos observado un alza significativa de nuestro tráfico, especialmente en el de nuestras horas valle.
Adicionalmente, el componente de edu-entretenimiento con el que cuenta nuestra atracción -en el que, por medio del juego, los personajes de Bob Esponja le enseñan a los niños a disponer adecuadamente del plástico- es una forma más para establecer conexiones emocionales con las nuevas generaciones y sus familias.
Por todo lo anterior, y con la intención de hacer más competitivo al rubro de los centros comerciales, de propiciar un mayor derrame económico y de crear nuevos encadenamientos productivos, es que vale pena invertir en el componente de ocio.
Las anclas por sí mismas, paradójicamente, han demostrado ser suficientes para jalonar el tráfico en épocas del año en las que no hay tanto dinamismo, como febrero o agosto; sin embargo, en temporadas como la presente, requieren de un empujón adicional. Esa, justamente, es la magia y la función que cumple el ocio y el entretenimiento.