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Gamba Natural cría langostinos en Medina del Campo

Expansión

Ripe

A 300 y pico kilómetros del mar más cercano. En un páramo seco por donde transcurre invisible el Zapardiel, río sin caudal. En un terreno cascajoso más dado a la vid, en el imperio del vino blanco de Rueda. En Medina del Campo, Valladolid. “Para nosotros ya es Medina del Mar”, comentan con sorna los fundadores de esta granja de acuicultura que cría langostinos blancos del Pacífico (Litopenaeus occidentalis) en la Castilla y León de las ovejas y sus lechazos. Pionera y nacida entre el recelo y la incredulidad del entorno, la empresa Gamba Natural ha levantado una quimera en pleno secano. Son los únicos que pueden sacar pecho en Europa en este tipo de granja de crustáceos, inaugurada hace un año, pero que empezó a gestarse en 2007. La han construido en 7.000 metros cuadrados carentes de poesía marina, si bien se recrean concienzudamente las condiciones de cría de este decápodo de ojazos negros que reina en los prolegómenos de las cenas de Navidad.

En 24 piscinas con capacidades de 150 y 220 metros cúbicos, a 28ºC, casi en penumbra y bajo lonas blancas que recuerdan un hospital de campaña, cultivan 2 millones de langostinos que aquí se bañan en agua corriente a la que se añade sal traída del mar Rojo, en una proporción de 30 kilogramos por cada 1.000 litros.