Game of Thrones celebra aniversario con huevo de Fabergé bañado con diamantes
jueves, 20 de mayo de 2021
El dragón que se esconde en esta joya valorada en US$2,68 millones, guarda una corona adornada con un rubí en forma de pera extraído
Expansión - Madrid
Este huevo de Fabergé más parece un huevo Kinder que una joya prohibitiva. ¿La razón? No es porque los orfebres que lo han fabricado le hayan dado un baño de chocolate sino por la naturaleza de la sorpresa que aloja en su interior: nada menos que un dragón alado diminuto inspirado en los de la ya legendaria serie Juego de tronos de HBO, que celebra estos días su décimo aniversario.
Dracarys, que es el nombre con el que ha sido bautizado el huevo conmemorativo, ha nacido de la asociación de dos mentes brillantes: la de la diseñadora de la casa, Liisa Tallgren, y la de Michele Clapton, el prolífico autor del vestuario de la serie.
El dragón que se esconde en esta joya valorada en US$2,68 millones, guarda una corona adornada con un rubí en forma de pera extraído en las entrañas mineras de Mozambique. Esa corona representa la que habría tocado la testa de Daenerys Targaryen si hubiese llegado a ocupar el trono de hierro. El exterior del huevo esta cubierto de diamantes. Los huevos de Fabergé originales son 69 y fueron fabricados entre 1885 y 1917 para los zares de Rusia por la empresa de artesanía Gustav Fabergé que fundó la firma en 1842. Se trata de obras cuajadas de piedras preciosas que Alejandro III y Nicolás II tenían por costumbre regalar a sus esposas por Pascua.
El hijo del orfebre, Peter Carl, consagró internacionalmente la fama de la casa y bajo su batuta se crearon 50 de los 69 huevos.
“Usted puede comprar un collar ya manufacturado y valorado en un millón y medio de rublos en Tiffany o Cartier... pero ellos son comerciantes, no artesanos. Yo tengo poco interés en una pieza de alto valor solo por el enorme número de perlas y diamantes que contiene”, explicaba Carl quien llegó a emplear hasta a 500 artesanos entre escultores, relojeros, miniaturistas, grabadores y expertos en automatismo, la gran sensación del momento, capaces de dotar de movimiento a la sorpresa que el huevo albergaba en su interior. La marca rusa ha sido relanzada en 2007 como Fabergé Limited, con el propósito de rescatar su esplendor.