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George W. Bush se consagra como pintor

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Expansión - Madrid

Contrató a una profesora para que le ayudase con la técnica y le confesó que quería descubrir a su ‘Rembrandt interior’. La pintura le ayudó a relajarse, a superar la transición de la política a la vida común y a confiar en que contribuiría a animar a la gente a probar cosas nuevas. Aunque, de entrada, nunca pensó en exponer públicamente. Era algo que quedaba para la intimidad.

El destino quiso que un hacker contribuyese en el lanzamiento de su carrera pictórica. A través de una filtración de los correros de su hermana, Dorothy Bush, las pinturas del expresidente terminaron viendo la luz. Desde retratos de Vladimir Putin o del Dalai Lama hasta uno de su padre -y también expresidente- George W.H. Bush o de su perro Barney. Y no tuvieron mala acogida. Fue entonces cuando se animó a mostrar su colección en público y decidió centrarse en un nuevo proyecto: ‘Portraits of Courage’. Los retratos del valor. Un trabajo laborioso que ahora se presenta en forma de publicación.

“Leí un ensayo de Churchill, ‘Painting as a Pastime’. Soy un gran admirador de Winston Churchill y, en esencia, pensé que si él podía pintar, yo podía pintar”. Bush tardó más de un año en darle forma al proyecto. Se trata de un tributo a todos aquellos a los que el expresidente, como comandante en jefe del ejército de EE.UU., mandó a la guerra. “Cuando estaba pintado, me preguntaba qué tipo de carácter es ese que, antes de quejarse o compadecerse, responde ‘Señor, lo haría otra vez’”, ha confesado. Esta es su particular forma de agradecérselo.

La muestra, que puede verse en el George W. Bush Presidential Center, así como el libro, que contiene 66 retratos y cuatro paneles de un total de 98 militares que han servido a EE.UU. Cada uno de los retratos va acompañado de su historia, escrita por Bush. 

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