Cultura

La guía de librerías conceptuales en el país para disfrutar de historias, cultura y café

Hay opciones que van desde construcciones antiguas hasta instalaciones modernas, con ejemplares en toda categoría

Sofía Solórzano Cárdenas

Leer es, sin duda, una de las actividades que más acompaña al ser humano a lo largo de la vida y sus diferentes etapas, pero disfrutarlo no siempre es tarea sencilla. Esto puede depender tanto del título o tema que elija, hasta del lugar en el que decida abrir su libro.

Por suerte, para quienes están en el proceso de acercarse a la lectura (y también para sus amantes) el país cuenta con una amplia variedad de librerías en las que además de acceder a ejemplares de todo tipo, también podrá tener una buena experiencia social y cultural.

Sin ir muy lejos, Bogotá cuenta con diferentes propuestas en las que puede combinar la lectura con un buen café, una cerveza o un pastel y deleitarse con infraestructuras llamativas.

Una de las opciones es Casa Tomada, ubicada en la localidad de Teusaquillo, esta librería está inspirada en el cuento de Julio Cortázar y ha recibido a lectores desde 2008.

El nombre fue propuesto por el escritor Hugo Chaparro, que compitió con la idea de Matías Godoy (el primer librero del lugar), quien propuso ponerle ‘la mujer barbuda’.

A la fecha, y con el nombre de Chaparro, Casa Tomada se ha enfocado en ampliar su oferta de libros y ofrecer a sus clientes un espacio para dialogar, comprar y tomarse un café, además de talleres y charlas con escritores y expertos literarios.

Este año, una de las apuestas será adecuar el segundo piso de la ‘casa’ como un lugar exclusivo para los libros de arte, cine y gastronomía.

Otra de las opciones de la capital es la Librería Merlín, que ha sido catalogada como una de las ‘joyas’ para los amantes de las ediciones viejas.

La especialidad de este espacio, ubicado en la localidad de Santa Fe (a unas cuadras del Museo del Oro) son los ejemplares antiguos, sin reedición e incluso algunos que ya no están en circulación. Y así como su nombre evoca magia también lo hace sus instalaciones, con libros apilados en repisas, estanterías, mesas y hasta escaleras.

Santiago Díaz, editor y librero, explica que pueden existir tres elementos que hagan a una persona elegir una librería sobre las demás: la comodidad, la economía y la confianza, y esta última estaría fuertemente ligada al librero del lugar.

“Un lector empieza a acudir a una librería por el librero, porque sabe que le va a prestar atención, le va a atender sus inquietudes y le va a permitir sostener una conversación más elevada distinto a lo que podría suceder en una librería de cadena. Va a existir un intercambio cultural valioso de distintos temas como poesía, cine, música, literatura”, dijo Díaz.

Matorral, ubicada en la localidad de Teusaquillo, es otra de las librerías a tener en cuenta, en la que los lectores también podrán acceder a una carta de cerveza para acompañar su experiencia. Además de su infraestructura moderna y funcionalista, cuenta con espacios al aire libre para avanzar en la lectura junto con la naturaleza.

Cerrando las recomendaciones en Bogotá se encuentra Wilborada 1047, en Chapinero. El nombre hace alusión a la patrona de los libreros y el número de la casa ‘1047’, coincidencialmente, es el año en que fue canonizada por el Vaticano, siendo la primera mujer de la época en conseguirlo.

Lo primero que llamará la atención de sus asistentes será la imponente construcción hecha en 1943, que además ofrece zonas de lectura, una zona de café y puentes internos para llegar a los libros.

“Cada librería tiene una propuesta diferente y desde que se abre la puerta se ofrece un diálogo. Además de ello están los libreros que pueden guiar al lector a encontrar el libro que se está buscando. Hay una experiencia muy diferente, por ejemplo, a comprar por internet en un buscador”, destacó Alberto Gómez, librero de Wilborada 1047.

Bajo esta misma línea se mueve otra de las recomendaciones: la librería Aljibe en Barichara, con más de 314 años de historia. El lugar, en el que también se puede tomar café o disfrutar de productos de pastelería, guía a los lectores teniendo en cuenta sus sentimientos y lo que quieran llegar a sentir.

“Cuando los clientes vienen les recomendamos según lo que sientan, tenemos libros para obsesionarse, para enamorarse, para sonreír, para soñar. En las librerías independientes hay ‘bibliodiversidad’, no son solo tiendas de libros, sino que son espacios en los que vas a encontrar al librero que te recomendará según tus gustos”, contó Alejandra Espinosa, creadora y librera de Aljibe.

9 3/4 en la avenida Las Palmas, en Medellín, es el espacio ideal para quienes buscan literatura infantil, el espacio cuenta con espacios lúdicos para los niños y productos de cafetería para acompañar la lectura.

Finalmente, en la ciudad amurallada en Cartagena se encuentra la última recomendación de esta guía: Ábaco Libros y Café, cuyo valor agregado, además de sus amplias categorías disponibles, son los artistas invitados y música en vivo.

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