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“Hacer música hoy en día es más barato pero la competencia es gigante”

Cortesía Dani Murillo

Salud Hernández Mora

¿Aumentó la competencia con YouTube y demás?
Terriblemente. Hoy en día los músicos pueden hacer canciones en un laptop. Por US$40, lograr una distribución digital, y pautar en redes puede costar US$20 diarios y llegar a millones de personas. Se abarataron mucho los costes pero, al mismo tiempo, hay miles y miles de personas tratando de sobresalir.

¿En el pasado luchabas para que la disquera te abriera la puerta?
Básicamente. Tenías que hacer un camino para que se fijaran en ti,  eran la única fuente que uno tenía para salir adelante por los costos de grabación y promoción, por eso había tanta música en vivo. Los de las disqueras se la pasaban en bares descubriendo nuevos valores. También había cazatalentos independientes que firmaban artistas y buscaban firmar con disqueras establecidas.

Ese mundo desapareció…
Sí, cambió al abrirse la posibilidad de que cada uno baja la música que quiera y entra la piratería. Las disqueras ya no reciben los mismos ingresos y se vuelven más temerosos de a quién le apuestan. Además, el artista, por US$40, puede poner la música en la red, sobre todo iTunes. Cuando se cae esa barrera, el gran distribuidor de música es iTunes, Amazon, entre otros. Es un tiempo interesante. Se ha vuelto más asequible, pero la competencia es gigante.

¿Cómo hacen ahora las grandes disqueras?
Algunas disqueras, Warner, Sony y Universal, firman un paquete 360, que incluye management, llevan un porcentaje en lo que hagas como artista. Otro, en ventas de discos y digitales.

¿Ya no se gana tanto?
No, porque si antes vendías un disco en US$12, tan solo en producirlo se te iban unos US$4. Hoy en día, el negocio volvió a la década de los 60, a los sencillos. Una canción se vende en US$1, iTunes se queda con 33 centavos de dólar y del resto tienes que pagar derechos de autor y tus gastos de promoción. En realidad, estás viendo unos 30 centavos. Y si bien antes el artista era dueño de la plata de sus conciertos y ahora la disquera le resta un porcentaje, sigue siendo la mejor fuente de ingresos.

¿Casi no se hacen CDs?
Los hacen los artistas establecidos. Los que están arrancando y los que están regresando, como yo, están más en un mercado de sencillos por los costos asociados de ser tu propia disquera. Si en promedio un artista se puede gastar entre 3 y 5.000 dólares por canción, producir una canción, si lo multiplicas por 10, cuesta entre 20 y 50.000 dólares. Si compones una canción, consigues recursos para grabarla, para hacer un video, fotos y una estrategia de mercadeo y redes, el objetivo es que te genere shows, que es donde vas a ver el dinero para poder reinvertir en la siguiente canción.

¿Y no es mejor tener disquera detrás?
Aparte del dinero que te mete, son un pulpo con toda la estructura armada. Perdieron peso porque no son los únicos jugadores, pero siguen conservando enorme fuerza y muchos artistas independientes son una mini-disquera esperando el salto a una grande. Si antes el proceso era más intuitivo para ellas -encontraban un talento y le apostaban-, hoy en día los artistas que firman ya tienen una base de millones de seguidores.

Si yo soy un inversionista y meto US$50.000 a un cantante ,¿cómo obtengo un retorno?
Depende el tipo de artista. Puedes esperar retorno en conciertos, lo más rentable; en ventas digitales, que son cifras bajas. Y si es compositor, en derechos de autor y en un tema muy interesante, las sincronizaciones. Es decir, agarran tu canción y la licencian para meterla en un comercial, en una película, en televisión. Puede oscilar el pago entre US$5.000 y US$60.000.

En un concierto medio, ¿cuánto se puede ganar?
Un artista que está empezando, de 5 a 10 millones. Si estás más consolidado, unos 20 millones o 30 millones, y uno más pesado, 150 millones.

Usted dice que las redes sociales son vitales para su sector...
Hay algo clave: hoy en día la gente no está siguiendo solo tu música, lo que está queriendo, y es el gran reto que tienen los artistas, es conocer a la persona detrás del escenario. Antes era un personaje inalcanzable, ponías un poster en tu cuarto y si lo veías, te desmayabas. En la actualidad puedes ver al artista recién despertado en su casa, tomando café. La música sigue presente, pero realmente están buscando conocer a la persona detrás de esa canción.