Ocio

Kilos de más

Clara Estrada

Me encanta Adele, la británica ganadora de un buen número de premios, entre los que se cuentan un Óscar, un Globo de Oro, nueve Grammy, cuatro Brits, cuatro American Music, y paro de contar porque la lista sigue.

Y me gusta no solo por la forma en la que canta, o porque admiro a quienes interpretan lo que componen, sino porque con sus más de setenta y pico de kilos, se impone como toda una reina y se ha convertido en un ícono de estilo para toda una generación.

La acabo de ver como portada de la Revista Elle para Estados Unidos, e indiscutiblemente se ve preciosa. A propósito de su cumpleaños número 25, acapara todas las miradas y deja en evidencia la elegancia que la caracteriza.

Qué gusto ver cómo una mujer que a todas luces se sale de los típicos, tradicionales y a mi modo de ver absurdos estándares de formas y volúmenes, se pasea por las alfombras rojas luciendo con gala, con originalidad y con gusto su figura, sin ganas de parecer lo que no es.

Esta semana leí una frase que me llamó mucho la atención, y decía, palabras más palabras menos, que la confianza era lo único que una mujer no debía dejar en casa al salir. Y eso a esta estrella le sobra, y por montones. Claro que además admiro su mesura y manera de llevar su peso, pues estrellas que se tengan confianza pero que salen estrafalarias las hay y muchas. Para la muestra está Madonna, quien en la pasada gala del M.E.T (Museo de Arte Metropolitano de Nueva York) se veía como una mujer adulta aferrada a su último aliento de juventud.

Y no lo digo por la pinta, pues la fiesta rendía una especie de homenaje al estilo punk, sino porque ella pareciera con afán de mostrar que a sus 54 años no tiene nada que envidiarle a una adolescente. Y aunque respetable, eso no lo comparto. Qué rico que la juventud (sobre todo en el aspecto físico) no se mostrara como un deber ser de toda la humanidad, y en especial de las mujeres, que hacen lo que sea, hasta perder su propia identidad, por pretender extraerle hasta el suspiro final.

Ni que decir del peso. Prácticamente se mueren de hambre con dietas que les permitan mantener un peso que las haga ver como unas jovencitas.

Por eso me encanta Adele, porque hace de lo que para muchos sería un defecto, su sello personal. Y demuestra que, con un peso poderoso, se ve increíblemente arrolladora.