Ocio

¿La corbata empieza a desaparecer de la vestimenta masculina?

123RF

Expansión - Madrid

Esta moda, que empezó a extenderse a Europa con el auge de las “.com”, está hoy consolidándose en los sectores más variados. 

Hasta no hace tanto tiempo el único momento donde en el mundo profesional se prescindía de la corbata era durante los días conocidos como “casual fridays”. Hoy, sin embargo, la vestimenta informal de los viernes empieza a extenderse al resto de la semana, reservándose la corbata solamente para las reuniones más formales.

Si bien tenemos mucho que aprender de Estados Unidos, poco tenemos que hacerlo de su manera de vestir. Evolucionar es incorporar lo mejor de cada cultura, pero manteniéndonos fieles a lo mejor de la nuestra. 

Carece de sentido renunciar a nuestras tradiciones para adquirir costumbres que en nada mejoran lo que conocemos. Y en cuestión de vestimenta, con todos los respetos, España no tienen nada que envidiar a la gran potencia americana. 

Quizás sea la falta de orgullo, de amor propio o un sentimiento de inferioridad, pero la realidad es que el país ibérico ha empezado a imitar algo que nunca ha formado parte ni de su historia ni de su cultura. 

Indudablemente, una camiseta, unos vaqueros y unas zapatillas de deporte será más cómodo que un traje, una corbata y unos zapatos de cordones. Pero, nadie debiera convencernos de que es lo adecuado, ni siquiera aquellos CEOs a los que hoy la sociedad admira y a los que ésta todo les permite. 

No olvidemos que vestir traje y corbata es una muestra de educación y respeto hacia los demás. 

Al contrario de lo que pueda pensarse, no hay nada más democrático e igualitario que el traje de chaqueta. 

De la misma forma que aquellos colegios que imponen un uniforme a sus alumnos se aseguran que, al menos en lo que vestimenta respecta, no habrá alumnos de primera y segunda, el traje sienta en la mesa de reuniones a profesionales cuya diferenciación no es su ropa sino solo el mensaje que comunica cada uno. 

Aunque obviamente siempre habrá trajes mejores y peores, nunca la diferencia sería tan llamativa como de vestir todos los empleados, incluido cuerpo directivo, con ropa casual. 

De querer, o tener, que prescindir de corbata es importante también saber hacerlo. Por ejemplo, pocas cosas hay menos estéticas que vestir un traje sin corbata: es como ir a jugar al tenis y dejarte en casa la raqueta. Un traje exige, además de una camisa de traje, una corbata. Si no, siempre más elegante, y estiloso, optar por un dos piezas donde la chaqueta y el pantalón sean de un color o estampado diferente. 

En estos casos sí se podrá prescindir de la corbata.

Antes de anunciar la muerte de la corbata, tengamos muy presente las enormes ventajas, también de comodidad, que esta aporta al día a día. 

No hay nada más cómodo, además de barato, que vestir con traje y corbata. Con solo cinco trajes de invierno y otros cinco de verano tendremos un excelente armario durante años. Bastará cambiar la camisa, la corbata y algún complemento para hacer difícil adivinar si el traje que se vistió incluso dos días seguidos era el mismo. 

Jugando con trajes de tonos grises y azules no tendremos que preocuparnos en que vestir cada día. Sin embargo, de terminar de instalarse la política “sin corbata”, el armario necesitará de una actualización constante. Y para terminar y no menos importante: ¿qué necesidad tenemos de calentarnos la cabeza todas las mañanas con lo que ponernos? Aunque solo sea para no complicarnos más la vida, seamos inteligentes y no apliquemos la guillotina a una prenda que ha facilitado la vida del hombre durante siglos.

La opinión

Hugo Galeano
Diseñador y propietario de We Apparel
“Cada generación es más relajada en cuanto a moda de trabajo, pero la corbata nunca desaparecerá, porque a veces es necesaria”.