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La historia del sofá de segunda mano en el que apareció un Rolex de US$250.000

Coleccionistas y cercanos a Rolex reconocieron la pieza de lujo como más costosa que la de reservas privadas

Joaquín Mauricio López Bejarano

Las costuras de los sofás son como el fondo del mar del cual surgen tesoros inesperados. Eso fue lo que le pasó a una canadiense que encontró en el suyo un reloj Daytona Paul Newman valorado en 225.000 euros (US$249.483).

La historia se hizo pública hace unos semanas. Paul Atelier, coleccionista de relojes y creador de la página Bob’s Watches especializada en Rolex, recibió una llamada cuanto menos curiosa. Era una mujer canadiense que le pedía consejo para ver qué podía hacer con un reloj que había encontrado en el fondo de su sofá, cuando en realidad lo que estaba buscando era su móvil. Toda una sorpresa la que escondía ese mueble comprado cuatro años antes en una tienda de segunda mano por US$25.

Un compañero de Atelier voló a Canadá y pudo certificar que se trataba de un Rolex Daytona referencia 6241 auténtico con la esfera tipo Paul Newman. Su valor, un precio altísimo, más alto fue el conseguido hace dos años por el Rolex Daytona que perteneció al mismo Paul Newman y cuyo precio en subasta fue de 15.250.000 euros. Casi nada.

La historia de la mujer canadiense y la subasta del reloj de Paul Newman son dos buenos ejemplos de la fiebre que existe por el Rolex Cosmograph Daytona. El interés es tan alto que las piezas antiguas han pasado a ser objetivos de los inversores en antigüedades, quienes saben que es muy probable que el precio de los ejemplares más codiciados siga creciendo en el futuro.

La sorpresa de los conocedores de la marca fue tal que recordaron que un reloj de ese tipo ya es algo que debe ser solicitado no a una tienda sino a un laboratorio especializado para que sea más exclusivo.

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