La historia secreta del desplante de la Selección al presidente Alberto Fernández
miércoles, 21 de diciembre de 2022
El mandatario esperó hasta último momento una señal del presidente de la AFA, Claudio "Chiqui" Tapia, y del equipo para recibirlos en la Casa Rosada.
Cronista - Buenos Aires
Por detrás de la alegría popular y los festejos que hubo en todo el país con la llegada de la Selección Argentina campeona del mundo, se desató una fuerte batalla de pujas internas, muestras de egos y desinteligencia estatal que culminó con un dato concreto: el plantel de fútbol en pleno ignoró al gobierno y optó por un contacto directo con la gente sin bandería o condicionamiento político alguno.
Alberto Fernández esperó hasta último momento una señal del presidente de la AFA, Claudio "Chiqui" Tapia, y del equipo campeón para recibirlos en la Casa Rosada. Pero nada de ese sueño presidencial se pudo concretar y el operativo policial de contención de la gente se desbordó por completo, hasta que la Selección tuvo que conformarse con un paseo en helicóptero por Buenos Aires para saludar desde el aire a más de cuatro millones de almas y evitar cualquier tipo de conflicto o desborde tráfico.
A lo largo de más de 20 horas frenéticas pasaron desde que el seleccionado dirigido por Scaloni y liderado por Lionel Messi llegó a Buenos Aires hasta que se desactivó toda la fiesta en las calles. Ahí, salieron a la luz duras batallas de poder y viejos pases de factura entre la política y el fútbol a escala mundial.
El tuit de Tapia donde afirmó que la caravana del micro con el plantel campeón del mundo abortó su ruta por disposición de las fuerzas de seguridad fue la cristalización plena de esas disputas, aunque la puja de egos venía de mucho antes y son más profundas.
El mensaje de Tapia escrito a las 16:40 llegó cuando el micro que trasladaba a la Selección le resultaba imposible avanzar, dos fanáticos se arrojaron de un puente al vehículo del equipo y se temió lo peor. "Pudo ser una tragedia y allí se optó por abortar el peregrinaje terrestre para ir en helicóptero", dijo a El Cronista un destacado funcionario de la seguridad presidencial.
En rigor, el mensaje de Tapia fue el corolario de un malhumor generalizado en la Selección con el operativo de seguridad y una decisión que ya estaba tomada desde el día anterior: ninguno de los jugadores iría a la Casa Rosada a saludar al Presidente.
En el gobierno aseguraron que Alberto Fernández les garantizó a todo el equipo que no haría un uso político del encuentro. Les dejaba el balcón para todos los jugadores y prometió no salir en la foto. Para subrayar esa promesa el Presidente les mandó a decir a los jugadores por medio de Tapia y Aníbal Fernández que haría como Raúl Alfonsín en 1986: ni se asomaría a los festejos en la Casa Rosada.
Se mencionó que Messi arrastra un malestar con el Presidente y el Gobierno por impedirle ingresar respiradores donados en medio de la pandemia a la Argentina. También se habló de una presunta persecución de la AFIP a varias familias de los jugadores y el desplante a Tapia en un acto en Santiago del Estero para inaugurar un estadio.
En el gobierno aseguran que el operativo policial para evacuar a los jugadores de la autopista Richieri y subirlos a dos helicópteros estuvo coordinada por la Nación y que la provincia de Buenos Aires no tuvo nada que ver.