Ocio

La lluvia no dañó la fiesta de los 100 años de Águila

Iván Bernal Marín

Solo se oye una voz en la tribuna occidental baja del estadio Metropolitano en el partido de Colombia contra Perú. Es la del presidente de la Fundación Mario Santo Domingo, y está indignado.

“Apoyen, ¡no joda!”, grita Pablo Obregón Santo Domingo, en una atípica jornada de eliminatorias al Mundial de Brasil 2014. En vez de los habituales hinchas de garganta partida, lo rodean empresarios, políticos y figuras de la televisón, que se tomaron estas graderías invitados a celebrar los 100 años de la patrocinadora de la Selección, la cerveza Águila. Con un triunfo, Colombia practicamente aseguraría su regreso a la máxima competición. Pero todos callan, no llegan los goles y llueve, en lo que parece más una tarde limeña que barranquillera. Pero al final, la alegría demostrará que es impermeable.

“Hace falta un radio”, increpa el cantante de vallenato Rafael Santos Díaz. El diseñador Hernán Zajar, el director de RCN noticias Rodrigo Pardo, y el cineasta Dago García, entre otros, se podían ver en esa multitud que le hizo coro al reclamo, en un silencio empapado que evidenciaba que extrañaban la locución acostumbrada de las transmisiones por televisión. Quizá el más incómodo con el silencio era Díaz, pues había armado la fiesta a primera hora en el vuelo de Avianca desde Bogotá. De regreso, bordeando las 10 de la noche, sacará el arsenal de éxitos de su papá, Diomedes, para intentar convencer a Andrés Jaramillo de perpetuar la celebración en su restaurante Andrés D.C. (Al que sí convenció fue al actor y ex Protagonista de Novelas Pedro Palacio).

Bavaria convocó al partido una nómina mixta de celebridades y líderes para lanzar su nueva campaña, que exalta uno de los valores distintivos de los colombianos. El concepto es ‘100 años de alegría’. Se puede traducir en un siglo de sonrisas, como las que estallaron en la carpa instalada afuera del estadio, cuando el medallista olímpico y segundo puesto del Giro de Italia, Rigoberto Urán, se unió en un abrazo cálido con otra figura de los pedales colombianos, que lo inspiró, Lucho Herrera. Entre los que aplaudían y festejaban el encuentro estaban la patinadora Cecilia Baena, el exvicepresidente Francisco Santos (afincado en los sofás blancos armado de ceviches y otras delicias costeñas), y el presidente de la agencia Lowe, Francisco Samper (de los que andaban recordándole al mundo que Santa Fe es uno de los 4 mejores equipos de Latinoamérica, como el presentador Jorge Alfredo Vargas).

Todos estaban uniformados con camisetas Adidas de la Selección, que en vez de Águila decían Alegría. Excepto el empresario de espectáculos Fernán Martínez, que vestía una original del volante James Rodríguez, firmada por él. Y le quedaba tan ajustada como a él. Todos fueron bañados de pesimismo por un rato del primer tiempo. La lluvia nunca se fue, y enfrió la que consideraban la mayor ventaja de Colombia: el calor.

Pero el anillo de oro, el Metropolitano, se encendió y brilló por encima del agua y el clima gracias a dos goles. La alegría venció la incertidumbre, sumió a todos en un gran abrazo colectivo. Incluso a dos que tenian bastón, el expresidente César Gaviria y el presidente de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano, Jaime Abello Banfi (al que de vez en cuando se le escapaba un contundente “arbitro h...”). Falcao y Teófilo orquestaron las sonrisas en la casa de la Selección, que mueve cerca de US$2,4 millones cuando se llena, como en este martes postfestivo, gris y en horario laboral. Y que resulta ser la misma casa de Águila, que ha vendido en los últimos 5 años 7,96 millones de hectolitros.

Números secundarios frente a los de la tabla de posiciones de las eliminatorias: la Selección es segunda, y con dos puntos más irá al Mundial. No es casualidad que en Brasil usen exactamente la misma palabra que en Colombia para este mismo sentimiento: alegría.

Luís Alfredo Hernández
Director de radio Todelar
“Mientras halla posibilidades matemáticas para los que vienen atrás, no se puede decir que esté lista la clasificación. Toca asegurarlo con un punto más, que podemos sacar en casa con Ecuador”.