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La subasta de arte latinoamericano, un clásico cada vez con menos ventas

Cronista - Buenos Aires

En la última edición, la gran estrella fue el colombiano Fernando Botero. Representó 12% de los US$36 millones vendidos. Es más, una de sus obras alcanzó los US$1,45 millones. 

Luego, hubo buena demanda para las obras del mexicano Rufino Tamayo. Una de las que vendió el Los Angeles County Museum, duplicó el estimado y llegó a US$845.000. Pero el más demandado fue el uruguayo Joaquín Torres García, de quien se vendieron seis obras en US$2,7 millones. Dos fueron récords en US$1,57 millones, y US$1,02 millones. En tanto, los artistas OP-Art o Cinéticos fueron también muy demandados. Del venezolano Cruz Diez se vendieron siete obras en US$1,6 millones, y de Jesús Soto, cuatro a US$ 1,44 millones. 

Pero la gran venta de las subastas fue la pequeña escultura en aluminio de 60 cm de diámetro de la brasileña Lygia Clark (1920-1988). Fue muy pujada y logró US$1,17 millones. Son esculturas neoconcretas que se mueven modificando su forma, como la Rayi, creada en 1944 por Gyula Kosice. Esta obra es de 1960 y ha sido muy importante para su revalorización y venta, la muestra que se puede ver de 300 de sus obras en el MOMA de Nueva York, que dura hasta fines de agosto. También en el Malba de Buenos Aires se puede ver una de sus obras.

Otro artista que duplicó ventas es Emiliano de Cavalcanti, un clásico del arte de Brasil. Vendió una en US$437.000. En tanto, un Cándido Portinari triplicó su valor inicial y llegó a US$365.000. Regular precio alcanzó una pequeña obra cubista (30x40cm) de Diego de Rivera realizada en París en 1916. Alcanzó los US$941.000. Hace 14 años se había vendido en US$420.000.

Bajos fueron los precios para la obra del chileno Roberto Matta, a un promedio de US$90.000. Muy buenas fueron las ventas de los mármoles de Atchugarry, el gran escultor uruguayo, que estuvieron entre los US$52.000 y US$106.000.

Del Arte de los Argentinos se vendieron 33 obras en US$1, 6 millones (un 4,5% de las subastas). El mayor precio, US$377.000, fue por una típica obra de Jorge de La Vega. Hace siete años no tuvo comprador en venta realizada en Dallas. Le siguió un mapa de las calles de Los Ángeles, de Guillermo Kuitca, que trepó a US$233.000; una estupenda escultura de Alicia Penalba de casi tres metros, que llegó a US$125.000. En tanto, un importante Macció de 1957 con una base de US$20.000, alcanzó los US$69.000. Lo mismo que una obra temprana de Juan Melé (el bonito Aizemberg) que llegó a US$75.000. Tres Le Parc se vendieron entre US$30.000 y US$47.000; varios Seguí, entre US$30.000 y US$44.000. Los Quinquela Martín de la década del 50 se pagaron entre US$40.000 y US$30.000. Un bello Polesello se vendió en US$21.000. Pero la gran compra fue un Ernesto Deira en sólo US$11.000.