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“La visita del presidente Santos a la reina Isabel tiene un valor político notable”

Salud Hernández Mora

¿Le parece tan relevante como dice Santos?
Para cualquier Jefe de Estado del mundo, para el propio Obama, ir a ver a la Reina de Inglaterra es un gran acontecimiento, es la guinda del pastel. Lleva 50 años en el trono, más tiempo que la reina Victoria.

¿Lo considera una señal de que a Colombia no la ven como una república de segundo nivel, porque los británicos suelen mirar este lado del mundo por encima del hombro?
Absolutamente. Latinoamérica para el Reino Unido no es relevante y que Juan Manuel Santos visite a la reina de Inglaterra tiene un valor político estratégico notable. Quiere decir que entre los dos países hay lazos potentes y existe un clarísimo interés en estos momentos por complacer a Colombia. Cualquiera se pondría en la cola para visitar a la reina.

¿Los inversionistas ingleses aprecian el gesto o no les interesa?
Ese viaje de Estado, además de las anécdotas protocolarias, es signo inequívoco de una apuesta por Colombia que envían a la clase empresarial y a la política.

¿Y un respaldo al proceso de paz?
Por supuesto, es como un abrazo del primer mundo al proceso de paz. El Presidente de Colombia nunca habría ido a visitar a la Reina de Inglaterra con el país desangrándose. No tengo interés alguno en alabar a Santos, pero tiene motivos para usar políticamente este viaje como la demostración de que Colombia está en un momento espléndido.

¿Qué significa la Reina Isabel para la monarquía europea?
La monarquía británica es el top en el mundo monárquico. En el protocolo casi es más importante el emperador de Japón, pero no tiene el significado político que Isabel II, es la joya de la corona. Todas las monarquías se miran en ella, es la que marca la pauta. Fue, por ejemplo, la que inició la política de transparencia en los gastos.

¿Por qué la respeta la clase política británica?
Porque, además de ser la monarquía más antigua, la Reina Isabel II tiene prestigio enorme porque nunca ha hecho nada mal. Salvo ese “año horrible” que vivió como consecuencia de los disparates de su familia, nunca ha metido la pata ni política ni económicamente, es una reina impoluta. Con motivo de su 90 cumpleaños se ha analizado mucho su vida y es una gran institución.

A veces se lee que se va a saltar a su hijo y hará heredero a su nieto.
No se lo saltará, si el príncipe Carlos tiene paciencia de esperar. Solo no sería rey si cometiera una tropelía inmensa. Su mujer, Camila, parece que ella no ostentará el título de reina porque el pueblo no la acepta, pero le buscarán uno apropiado, los ingleses tienen un armario enorme de títulos.

¿De verdad es importante eso de dormir en Buckingham?
Es todavía más especial. Además de lo único que supone esa visita, están los detalles que dependen de la voluntad de la reina, de la relación que tenga con el visitante y con el país. Por ejemplo, que la cena sea en el castillo de Windsor, que está fuera de Londres y es donde ella tiene el lodge, o que duerma en Buckingham Palace. 

En el caso de Felipe VI y Letizia, que debieron suspender la visita por la situación política de España, les daban una cena en Windsor y eso se estaba vendiendo como un respaldo a la pareja real española.

¿Será que Santos ocupó el puesto de los Reyes de España?
Bien puede ser que haya corrido el turno y Santos  vaya porque se han caído del cartel Felipe y Letizia. Son dos invitaciones al año.

Usted estuvo con la reina Isabel II…   
Y cometí un error protocolario, la cara que puso no se me olvida nunca. Fui en pantalón, sin guantes ni sombrero. Hay que ir con falda y guantes, no la puedes tocar ni darle la espalda, tienes que caminar hacia atrás. No le puedes hablar si no te habla antes, y se le dice señora, no Majestad. Es una muy agradable, entiendes la identificación del pueblo británico con ella, es como una abuela inglesa de toda la vida. Y un consejo para el presidente Juan Manuel Santos: le encanta hablar de caballos.

Aquí hay de paso fino, pero de eso sabe Uribe
Pues que hable de perros, también le apasionan.