Ocio

Las huellas de tragedias imborrables

Dajibys Martínez Anaya

A propósito de cumplirse 30 años de la tragedia de Armero, LR hace un recorrido de algunas de esas trágicas imágenes que hablan por sí solas. La lista es larga, pero aquí algunas de las más impactantes.

Comenzamos con la peor tragedia natural que ocurrió en el país, que dejó más de 23.000 personas muertas ante la avalancha que generó la erupción del volcán Nevado del Ruiz, un hecho que arrasó con la mayoría de la población de Armero la noche del 13 de noviembre de 1985.

Otro de los sucesos que marcó una cicatriz en la historia mundial se registró en el sudeste asiático con la Guerra de Vietnam o la Segunda Guerra de Indochina que se libró entre 1955 y 1975, y que dejó más de 5 millones de personas muertas. De esta crisis, Kim Phuc (con 9 años de edad) se convirtió en símbolo de la guerra cuando captaron el momento en que huía desnuda luego de que su aldea fuera bombardeada con el pegajoso nepalm o también llamado gasolina gelatinosa. Ahora vive en Canadá y es embajadora de Naciones Unidas para la paz sudeste asiático.

Gonzalo Duque, docente de la Universidad Nacional, explicó que en estas tragedias se establecen íconos y surgen mitos que ayudan a conservarlos a través de los tiempos. “Allí juega un papel importante la tecnología, la cual ha permitido que años después se rememore la historia”, dijo. 

Esa es la razón por la que es imposible olvidar la imagen de Kevin Carter que se convirtió en símbolo de la lucha mundial contra el hambre,  en la que una pequeña niña desnutrida de Sudán es vista por un buitre, esperando para devorarla. La fotografía recorrió el mundo en 1993 y su fotógrafo se llevó el Pulitzer. 

Otra de las imágenes fue la generada en el atentado al World Trade Center el 11 de septiembre de 2001. Un hombre que cae verticalmente con la cabeza hacia abajo, entre la Torre Sur y la Torre Norte, fue reflejo del desespero de las víctimas. Este fue una de las cerca de 200 personas que cayeron de los edificios antes de desplomarse.

Por último está Alan Kurdi, el niño sirio que murió en una playa de Turquía, luego de huir de la guerra de su país. Hoy es un ícono más de la grave situación que se vive en Medio Oriente.