Las joyas de Cartier que han estado en la gran pantalla y valen hasta US$150 millones
domingo, 4 de diciembre de 2022
Estás incluyen la sencillez del reloj Tank por US$4.493 y van hasta el mítico collar Toussaint que cuesta más de US$100 millones
En 1926 inició el despliegue de lujo de Cartier sobre el cine internacional. Rodolfo Valentino, en ese año, apareció en la película 'El hijo del jeque' con su reloj Tank, de Cartier, quien ahora está a la venta por réplica de hasta US$4.493. Desde aquí, inicia la alianza de la gran pantalla con la historia de la gran Maison.
Además, el año pasado, la casa francesa anunció que se asociaba con la Bienal de Venecia y se convertía en el principal patrocinador del Festival Internacional de Cine de Venecia.
La actríz mexicana María Féliz hizo historia con el mítico collar de cocodrilos. Ella misma encargó la pieza en 1975, a modo de pedido especial. La joya, con una longitud de 30 cm y totalmente articulada, está hecha en oro en el que se engastaron 1.023 diamantes amarillos (60 quilates), dos cabujones de esmeralda y otros dos de rubíes para los ojos, además de 1.060 esmeraldas (66,86 quilates).
Esta pieza única de la actriz mexicana, fallecida en 2002, forma parte ahora de la Colección Cartier, un proyecto iniciado en 1983 y por el, según Expansión, la firma reúne alrededor de 3.500 piezas especiales realizadas entre 1860 y el año 2000. El collar se encuentra valorado cerca de los US$20 millones.
Grace Kelly, por su parte, llevó, en su última aparición en el cine, ('Alta sociedad- 1956'), el anillo de compromiso que le había regalado el príncipe Rainiero, con quien se casó ese mismo año. Esta pieza de Cartier se encuentra valorada por US$4.7 millones.
Y por ultimo, y la más reciente (y también costosa), es el lujoso collar avaluado por US$150 millones del film Ocean. A pesar de ser una película de ficción, el collar Toussaint es totalmente real. La joya es una alta réplica de una pieza diseñada por Jacques Cartier para el Maharajá de Nawanagar en 1931, un príncipe hindú conocido por su colección de joyas.
Esta joya ya no existe, pero Cartier conserva en sus archivos un dibujo del diseño, así como fotografías de la pieza y de su propietario, según relatan varios medios.