Ocio

Lo que hay detrás de las reputaciones

Iván Bernal Marín

Cuando leí que era sobre el caricaturista político más influyente del país, me dije que sobre el tema me basta seguir a @Vladdo en Twitter.

Leí luego que el personaje era un hombre capaz de causar la revocación de una ley, tumbar alcaldes o amenazar la estabilidad de un Ministerio con sus dibujos, lo que me pareció demasiado inverosímil para valer la pena. Pero cuando leí las 139 páginas de ‘Las reputaciones’ (Alfaguara 2013), la más reciente novela de Juan Gabriel Vásquez, descubrí que la sinopsis y reseñas no le hacen justicia.

El caricaturista, Javier Mallarino, sirve de pretexto para una reflexión sobre el tráfico de juicios personales en la opinión pública, y la trastienda del poder político y mediático. Comentario sobre la responsabilidad frente a la violencia sexual y los hilos negros con que se teje eso que le da título al libro, y que significa cosas tan diferentes para cada uno, aunque siempre goce de una importancia capital. Empieza lento, con panoramas del centro de Bogotá, cavilaciones y fantasmagorías de un viejo que no parecen llevar a ningún lado, más allá de un homenaje que le rendirán. Apenas hacen presentir lo que se viene.

El suspenso va en ascenso, quizá por demasiadas páginas, hasta que la aparición de una supuesta desconocida cambia la velocidad. Quiere saber lo que pasó en la casa del caricaturista una noche de fiesta hace muchos años, cuando era una niña que se emborrachó hasta perder la conciencia. Lo descubrimos de la mano de los recuerdos del protagonista. Así, vemos el gran impacto que tienen pequeñas decisiones. El relato cobra otro ritmo, dispara la curiosidad y hace que el libro sea devorado en unas horas. Las metáforas del principio le ceden espacio a verdades críticas, que van emergiendo con la historia. Como esta: “La gente ya tiene su prejuicio formado. Solo quiere que alguien con autoridad le confirme el prejuicio, aunque sea la autoridad de mentiras que tienen los periódicos. Ahí está tu prestigio, le das a la gente con qué confirmar lo que ya piensan”.