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Los 50 ríos de Nimmo Bay, el mayor atractivo para pescadores

Expansión - Madrid

A vista de pájaro, así es como los clientes de Nimmo Bay escogen el mejor lugar para disfrutar de su deporte favorito y descubren las mayores concentraciones de peces en un área de 80.000 kilómetros cuadrados que alberga 50 ríos. Acceder en helicóptero tiene estas ventajas.

Pescar es sencillo. Echar la caña. Ingerir bebidas en lata. Esperar. De cuando en cuando abrir otra lata... Y así sucesivamente. Pero existen excepciones. Cuando preguntamos a Jenny Jewczyk si el helicóptero es el cochecito de golf para pescadores, nos toma por locos, pero segundos después aceptó la analogía. “No vas desencaminado”, dijo.

Situado en territorio salvaje canadiense, en plena Columbia Británica, el Nimmo Bay Adventure Resort es un paraíso de pesca más. Nada fuera de lo común si no fuese por la presencia imponente, a escasos metros del hotel, de tres helicópteros de metal azul cobalto. Eso modifica drásticamente la experiencia.

Jenny Jewczyk se encarga de las relaciones con la prensa y los agentes de viaje en Nimmo Bay. Es la segunda generación del negocio familiar creado por sus tíos en 1981. “El helicóptero es imprescindible. Estás en el cielo y miras hacia abajo. Si ves que el río lleva peces, aterrizas. Si luego no pican, simplemente recoges, despegas y aterrizas en otro río”, aseguró.

La moda de utilizar este medio de transporte está sacudiendo el turismo de aventura. Primero fue el esquí y después la bicicleta, en los paisajes rocosos de Nueva Zelanda. Y ahora, la pesca: “permite abarcar una zona de hasta 80.000 kilómetros cuadrados, incluyendo 50 ríos y riachuelos apartados. Nosotros tenemos la exclusividad de cada curso de agua de nuestra zona, y muchos de ellos solo accesibles por aire”.

En las temporadas de pesca, del 1 de mayo al 31 de octubre, las jornadas comienzan a las siete de la mañana: café, bollería y lecciones de pesca con mosca. A las 10, el helicóptero despega y aterriza en el primer río. Se hacen unos lances. Se bromea. “Los clientes tienen la obligación de traer a Nimmo Bay historias divertidas. Eso es lo más importante. Eso y los peces, claro”. A mediodía o cuando el hambre se manifieste, el helicóptero se eleva hacia el escenario más sensacional que existe para un almuerzo: un glaciar de más de 10.000 años. Prepárense a degustar, con vistas impagables, un picnic gourmet.

Para la digestión: más pesca, antes de regresar a Nimmo Bay y decidir entre un suplemento de aventura (avistamiento de osos y ballenas, kayak con delfines, senderismo...) o una dosis de placer (masajes, clase de yoga...).

En Nimmo Bay todos los pescados -salmones coho, real, rojo y rosado, y truchas arco iris, Dolly Varden o garganta cortada- corren la misma suerte: vuelven al río porque se practica el catch & release. Una pesca para aficionados, sin muerte.