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Los cinco accesorios obligatorios que debe tener un verdadero amante de los habanos

Es indispensable tener Purera, guillotina y sacabocados

David Jáuregui Sarmiento

El habano hace parte de esas tradiciones heredadas de Cuba que deleitan los gustos sensoriales del paladar. Sin embargo, para hacerse un verdadero amante del puro se necesita más que un habano en la mano: sin accesorios como las pureras, los cortadores, sacabocados, las tijeras y hasta los ceniceros de lujo no hay un ritual completo.

Cuando hablamos del “ritual del habano” es inevitable pensar en un toque de excentricidad y gustos refinados, no solo porque su consumo local tiene índices bajos frente a otros países de la región como Argentina y México, sino también por el costo que representa darse el gusto de fumarse un habano de vez en cuando.

Según cifras de Asbacol, menos de 40% de los colombianos tienen contacto frecuente con los puros, y aunque se importan cerca de 60 millones de habanos al año en el país, la dificultad para conseguirlos y sus precios hacen que esta tendencia crezca lentamente en Colombia.

Por un lado, son escasas las boutiques para conseguir los accesorios y los puros, como La Cava del Puro o La Casa del habano, que operan principalmente en Bogotá, Medellín y Cartagena; por el otro, una caja, que contiene desde seis a 45 unidades, cuestan entre US$110 y US$700 en sus presentaciones más lujosas. Además, un accesorio como un cenicero de lujo marca Davidoff con acabado de piel roja, revestimiento de paladio y fabricado en Francia, puede llegar a costar $3,5 millones en tiendas virtuales.

“El consumo en Colombia ha venido cambiando según la época. Por ejemplo, entre los años 50 y 70, Bogotá era la ciudad donde más se pedían habanos, pero como si fuese una moda. Con el tiempo, empezaron a ser más demandados por los habitantes en los espacios costeros, y hoy en día sigue siendo allí, en Barranquilla y Cartagena, donde más se consumen”, comentó Federico Villa, director de importaciones de Habana Habano.

LOS CONTRASTES

  • Andrés BecerraPresidente del Colombia Pipa & Puro Club

    “Uno se puede comer un plato de pescado y patatas, con un buen Jack Daniel’s Honey y rematarlo con una mezcla de tabaco. Así se hace un buen maridaje regional”.

  • Federico VillaDirector de importaciones de Habana Habano

    “En América Latina, el mercado no es ajeno. Después de todo, los orígenes de este producto vienen de esta parte del mundo y se conservan”.

También hay que destacar otros accesorios como los cortadores, los sacabocados y las tijeras con las que se corta la parte trasera de un habano, que junto con las pureras para llevar los cigarros son los acompañantes de todo verdadero amante de los habanos, pues en cualquier momento se puede presentar la ocasión para maridar un whisky de malta o un cognac con el humo de un puro, y sin estos implementos el habano no es más que un adorno.

“El corte que hace el sacabocados es muy debatido entre cualquier aficionado al puro, muchos comentan que el corte es muy pequeño dejándonos sin disfrutar de todos los matices. Y por el contrario, hay comentarios positivos que dicen que es suficiente para disfrutar de un puro, además, deja una especia de boquilla lo que impide que terminemos con pedazos de tabaco en la boca”, explicó Francisco Mancera, propietario del blog especializado CigarFan.org.

Tanto las tijeras como los cortadores de doble navaja son los de mayor preferencia del consumidor, y su costo en el mercado puede alcanzar la suma de $296.000, en marcas premium como Davidoff, Zino, Jetline, Prometeus o Vector.

Para aficionados como Andrés Becerra, presidente de Colombia Pipa & Puro Club, el tabaco es un complemento ideal para las comidas y los tragos premium, y “ese imaginario de vicio que tiene su consumo se debe quitar de las personas, porque esto va más relacionado con valores como la unión grupal, la tenacidad, el carácter y la paciencia”.

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