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Lujo más allá del Ishav Arctico

Ripe

La razón de este ligero viraje hacia la buena vida se encuentra en la iniciativa de hombres como Javier Arjona y un puñado de expertos de aquí y de allá que se han propuesto llevar grandes comodidades y pequeños placeres a los paisajes árticos. Apuestan por el polo a todo plan, para entendernos. Sus referencias tal vez haya que buscarlas en esos viajes a África liderados por compañías como &Beyond o Abercrombie&Kent que llevaron al continente algo de confort junto a los big five: traslados en helicóptero, lodges con ropa de cama de hilo, champagne con la puesta de sol. Bien, pues ahora no es la sabana sino la tundra, no es el león sino el oso polar y tal y como lo cuenta el fundador de la exclusiva agencia Ishav Arctico dan ganas de coger el primer avión para Oslo, ponerse en sus manos y dejarse llevar por fiordos y bosques boreales.

Sorprende que tanta pasión por este destino provenga de alguien que llegó a esas tierras en cierto modo obligado. “De esto hace unos 20 años. Yo entonces era guía y la agencia para la que trabajaba empezó a ofrecer los países nórdicos. 

Tras varios veranos trabajando en las capitales nórdicas, su agencia se plantea dar el salto al norte del país, a Laponia, una zona muy novedosa para los touroperadores en aquella época. Y allí surgió el flechazo.

En un destino donde cualquier inclemencia del tiempo puede obligar a un cambio de planes en el último minuto, hay que tener asegurado que uno es capaz de mover hilos y conoce el terreno como para ofrecer alternativas que no defrauden las expectativas de sus clientes. Al tiempo que trabajaba para agencias de primer nivel apuesta por crear su propia empresa, centrada casi en su totalidad en diferentes destinos en Noruega. Nace hace  nueve años, Ishav Arctico.

Viaja a Noruega unas 15 veces al año. A veces lo hace para buscar nuevos proveedores o colaboradores o acompañando a pequeños grupos de clientes y afirma, satisfecho, que ya no solo depende del viajero español. En estos años ha notado además su evolución. “Hay más familias con niños y adolescentes, bastantes viajes corporativos y hasta algún que otro viaje de novios”, explica. “Claro que puede ser un destino romántico, y además, con el frío a uno le entran más ganas de abrazarse a su pareja”, bromea. Él asegura, no obstante, que nunca ha pasado frío y hace suya una expresión popular en Noruega: no existe el frío, solamente la ropa inadecuada. En su maleta nunca faltan el Canada Goose y los calcetines 100% merino. 

Lo que le distingue de otras agencias que trabajan el destino, a su entender, es que “yo pongo el acento en el lujo y ellos en la aventura. Yo no voy a hacer espaguetis boloñesa al Ártico, yo voy con un chef que prepara unas maravillosas cremas de pescado, unas setas extraordinarias o el solomillo del reno, pongamos por caso”. Aunque depende del número de personas o de las actividades elegidas, un viaje privado de una semana, en régimen de pensión completa con buenos restaurantes y algunas experiencias se puede hacer desde unos US$4.900, vuelos aparte.