Ocio

Males menores que debe tener en cuenta el atleta

Alexander Obando

Aunque el deporte nos fortalece, algunos entrenamientos o competencias pueden ser demasiado exigentes y debilitar nuestro sistema inmune. Y si lo anterior ocurre en plena temporada de lluvias, es muy posible que terminemos con un resfriado o algún virus. Sin una adecuada reserva de energía, no será posible para nuestro cuerpo realizar un gran esfuerzo a la vez que se protege del frío o la humedad.

El contagio de un virus se produce mientras se habla, tose o estornuda, y los más vulnerables suelen ser los niños pequeños y adultos mayores, o personas que estén bajos en defensas.

Cabe también recordar que en los espacios cerrados, el virus se concentrará más y aliviarse puede tomar más tiempo. Los deportistas, por estar más activos físicamente, suelen tener una mejor resistencia y recuperación. De hecho, hay algunos a los que no les importa entrenar bajo la lluvia. Pero muy seguramente lo hacen confiados, ya que tienen una excelente alimentación, están muy bien asesorados en el consumo de suplementos multi-vitamínicos, y pueden descansar lo suficiente. Así mismo, hay quienes se toman el deporte muy en serio, ya sea por razones competitivas, profesionales, o simplemente por pasión, y no interrumpen sus entrenamientos aunque se hayan resfriado. También hay que recordar que ninguna competencia será cancelada por lluvia (excepto cuando incluye tormentas eléctricas), y que por fuerte que llueva lo único que suele suceder es que la hora de salida se posponga un poco.

Es probable que se pueda seguir entrenando (aunque con menor intensidad) a pesar de sufrir dolor de garganta, tos y/o flujo nasal; incluso, el ejercicio puede ayudarnos a descongestionar nuestras vías respiratorias.

Sin embargo, si presentamos dificultades respiratorias, bronquios afectados o sensación de malestar (debilidad general en el cuerpo), lo más recomendable será el reposo para que la situación no empeore.