Ocio

Más tabaco, menos Km

Alexander Obando

El deporte y el cigarrillo son antagonistas desde muchos puntos de vista. Todos sabemos que el tabaco es nocivo para la salud, sin embargo, no es inusual que algunos corredores empiecen su actividad a la vez que tienen el hábito de fumar y con el ejercicio buscan limpiar su organismo, pero sin dejar del todo el cigarrillo.

El deporte busca el mejoramiento de la salud física y mental, mientras que el cigarrillo disminuye los beneficios del entrenamiento, e incluso algunas habilidades perceptivas y motoras podrían empeorar.

El corazón de los fumadores trabaja más duro; su eficiencia es menor ya que bombea cantidades más pequeñas de sangre pero a un ritmo más acelerado. La recuperación del fumador es también más demorada. Por otro lado, la nicotina favorece la aparición de trombos, lo que contribuye a alterar el sistema circulatorio y la buena irrigación de los tejidos.

Los fumadores transportan una carga más pesada de monóxido de carbono y registran un aumento significativo en el ritmo cardiaco después de realizar el entrenamiento. También hay que tener en cuenta que la cantidad de aire que se puede expirar con máximo esfuerzo después de una inspiración profunda, es más baja en los fumadores. Además, el consumo del cigarrillo aumenta el gasto energético y reduce la capacidad de oxigenar, limitando los esfuerzos sostenidos a intensidades altas.

En pocas y ya conocidas palabras, el consumo de tabaco daña directamente los pulmones, el corazón, las arterias e indirectamente otros órganos que el deportista necesita, pero como muchos de estos órganos no se ven, difícilmente se tomará conciencia del daño que causa encender un cigarrillo. Pero una vez se toma la decisión de dejarlo, lo mejor es hacer entrenamientos suaves, y ya que también obstruye las arterias con la nicotina y dióxido de carbono, un exfumador se sentirá bien al hacer ejercicio; incluso, es posible que sienta una gran energía debido a que su cuerpo ya no recibe las habituales cargas de dióxido de carbono.