Mis primeros 42
sábado, 20 de octubre de 2012
Alexander Obando
Todo corredor pasa por una serie de dudas antes de enfrentarse a su primer maratón.
No es tan fácil saber si se tiene la preparación justa o si el kilometraje acumulado fue el apropiado.
Cada atleta es diferente y la respuesta a los entrenamientos suele ser distinta en cada organismo.
Sin embargo, se recomienda -en todos los casos- no abusar de las jornadas, ya que nos arriesgamos a convertir un entrenamiento agradable y productivo en un maltrato para el cuerpo.
También existen miedos que resultan contraproducentes pues nos pueden llenar de emociones negativas.
Los temores generan tensión y pueden interferir en la coordinación y el ritmo, respiratorio favoreciendo la fatiga e incluso afectando el paso habitual de carrera.
Tener presente los tiempos de los mejores atletas sirve de referencia para incrementar la motivación, pero más vale no hacer comparaciones.
La mejor satisfacción será correr lo más rápido posible y cruzar la meta, teniendo la plena convicción de que se rindió al máximo.
Tampoco debemos dejarnos influenciar demasiado por los comentarios de aquellos atletas que ya han realizado la misma prueba.
Hay que recordar la individualidad y subjetividad de cada atleta y las innumerables variables de cada situación.
En pocas palabras, hay que evitar el pesimismo.
Tal vez sea mejor recordar que lo peor que puede pasar es no conseguir el resultado esperado.
Quizá puede parecer algo contradictorio, pero el efecto inverso de no alcanzar nuestro objetivo en el primer intento es algo que simplemente nos dará la motivación para entrenar más duro y visualizar nuestra próxima meta.
*Puede escribirme sus comentarios y preguntas sobre actividad física, y temas que le gustaría ver en esta columna, al correo: wolfcrimes@yahoo.com