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Monyat es el maletín del que todos hablan desde París hasta Beijin

Expansión - Madrid

Sus bolsos comienzan a verse en las manos de actrices convenientemente asesoradas, como Leelee Sobieski, la primera en ser acreditada junto a su rotundo Moynat (pronúnciese moa-ná).

Sucedió el pasado 12 de abril, en la gala del 35 aniversario del New Museum de NY, pero lo cierto es que la firma francesa no es ninguna recién llegada. Ni tampoco patrimonio de las féminas.

Sus comienzos se remontan a 1869, con los artesanos Coulembier y la visionaria Paula Moynat al frente de un taller de maletas en París. Una alianza que forjó, durante más de un siglo, la firma de artículos de viaje más refinada e innovadora de la Historia. Su producto emblemático es el ahora actualizado Limusine Trunk, una maleta de aire retro y esencia masculina que conserva una curva en su base, marca de la casa, ideada para encajar en los techos de los automóviles de principios del XIX.

Como todas las piezas de la colección, -dividida en tres líneas: masculina, femenina y de viaje-, se realiza a mano por un único artesano, y sus precios oscilan entre los 6.000 euros del Limusine Trunk de 40 cm a los 8.000 del de 60 cm.

El renacer de Moynat, tras su cierre en 1976, atosigada por una sociedad que identificaba lo artesano con lo obsoleto, es obra del grupo Louis Vuitton -Moët Hennessy (LMHV), que la adquirió en 2009.

Se dijo que fue una maniobra de Bernard Arnault, dueño de LMHV, para convertirla en el equivalente de Hermès, que se resiste a integrarse en su conglomerado.