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Murió el destacado empresario antioqueño John Restrepo

Colprensa

El empresario antioqueño John Restrepo Álvarez falleció el pasado miércoles en Medellín, luego de varios días de hospitalización en la clínica Las Américas.

‘El mono de los confites’, apodo con que se le conoció a quien por años surtió a los comerciantes colombianos, fue el fundador de la comercializadora John Restrepo A. y Cía, que cuenta con 9 sucursales, bodegas en 18 ciudades y más de 250 vendedores para todos los canales.

Con esta empresa se convirtió en un gran importador y representante en Colombia de conocidas marcas mundiales de bebidas alcohólicas y productos alimenticios, especialmente de enlatados y rancho.

Tras definir a Restrepo como un “amigo excepcional de todos los momentos y todas las horas”, su amigo Alberto Velásquez recuerda que durante más de 40 años compartieron muchas vivencias, entre ellas “una tertulia deliciosa que hacíamos en la oficina de Jonh, primero en Guayaquil y después en Palacé”.

En este grupo se encontraban personajes de la talla de Jota Emilio Valderrama, Federico Estrada Vélez, Luis Eduardo Mesa, Víctor Cárdenas Jaramillo, Rubiel Valencia Cossio, Juan Guillermo Valencia y Jairo Duque Pérez. “Él era muy detallista, celebraba cada logro de sus amigos”, recuerda Velásquez y agrega que “además, quiso mucho al Partido Conservador, fue uno de los grandes contribuyentes del Partido. También hizo una gran labor social en Guadalupe, su tierra natal”.

Sergio Ignacio Soto, director ejecutivo de Fenalco Antioquia, resalta que fue “sin lugar a dudas, uno de los más importantes líderes empresariales del sector comercio de Colombia y diría que de Latinoamerica”, además de “un hombre incansablemente trabajador, que siempre lo acompañó el espíritu gremial al ser prácticamente fundador de Fenalco”. El dirigente gremial asegura que Restrepo se destacó “por su lealtad comercial, por su moralidad y ética, pues fue un gran generador de empleo justo y formal”.

Promotor del comercio antioqueño
Restrepo nació en el municipio de Guadalupe, el 19 de noviembre de 1925, en el hogar de Gabriel Restrepo y Carmen Álvarez. Desde muy joven empezó a trabajar. Puntual, exigente y gustador de los boleros, convirtió su nombre en una empresa. Algunos de sus amigos y conocidos manifestaron su pesar por la desaparición del empresario, a quien consideraron no solo como un emprendedor en materia de negocios, sino también un ser humano cabal. Como un hombre solidario, con gran visión empresarial y humana, de buen humor y gran sentido común, lo define Alberto Velásquez Martínez, su amigo de más de cuatro décadas. “Fue muy inteligente, de muy buen sentido del humor, con un sentido pragmático de la vida”