Gastronomía

Oda Restaurante, una sinergia entre color, ingredientes de calidad y la composición

Un año después de su apertura, Oda no se quiere encasillar en una sola línea; sigue investigando, diseñando y con emplatados

Joaquín Mauricio López Bejarano

Sería un error decir que la buena cocina de Bogotá se está concentrando en una sola zona. La gente creería que las grandes novedades tienen el apellido de Chapinero encima, pero en la mitad de Usaquén, Oda Restaurante está mostrando lo contrario; hasta en el extremo norte de la ciudad hay un espacio delicado, una cocina con disciplina y nivel. O por qué no, un menú explosivo, tanto, que a muchos ya les haría pensar que así es una mesa en Copenhague.

Para los que siguen preguntando qué es Oda, una respuesta podría ser un homenaje a su mismo nombre: poema o composición; como la buena música, es una reunión de ritmos, notas y sonidos hasta que sean perfectos; en los platos del lugar es una sinergía entre color, ingredientes de calidad, composición y diseño, y con seguridad una dosis de sorpresa en cada tenedor que las personas se llevan a la boca.

Por eso no piense que el espacio que ahora celebra su primer aniversario le va a decir que es un menú especializado en una sola región del mundo o de Colombia. No, los platos son una lluvia de técnicas que fácilmente pueden recordar la exigencia culinaria de Asia, pero también la tradición ancestral de la selva colombiana o sabores frescos que le van a decir a qué sabe la pesca del Pacífico.

De hecho por eso una visita debería no quedarse en un solo plato, ¿por qué no viajar por territorios y descubrir proteínas como un magret de pato?, especialmente ideal hasta para quienes no están acostumbrados a salir más allá de res y pescado.

Pero también Jeferson García, su chef ejecutivo le hace un guiño a la cocina vegetal con el palmito, o un arroz caldoso que compite por sus scallops, los cuales se convierten en un lienzo para el color pasión que le da el achiote. Si no sabe qué es, no importa, Julián Niño, el sous chef estará dichoso de darle detalles de cada sabor y proceso, con una bienvenida que se basa en uno de los mejores panes de masa madre de la ciudad.

Cordero en baño de sabores


Un baño de sabores es la reunión de ingredientes alrededor de en este caso una proteína suave como el cordero. La acompañan las hojas andinas, níspero japonés, choclo, guayaba y manzana.

Queso de cabra


Una apuesta para poner a prueba que el queso de cabra sí puede llegar a la mesa de todos. Sus sabores se combinan con banano manzano, kafir, tucupí del Amazonas y pomelo orgánico.

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