Comercio

Precios de coñac y champán se disparan a nivel global por mayor demanda en Asia

China fue uno de los compradores más importantes de coñac, las ventas durante el año pasado subieron más de 56% frente a 2020

Joaquín Mauricio López Bejarano

Menos de 50 personas en el mundo se calcula que tienen una Henri IV Dudognon Heritage, botella de coñac valorada en 2020 según su edición, entre US$30 y hasta US$50 millones, hoy ese valor para esos propietarios se ha elevado más de 30% por un alza general de ese licor en el mundo. Y eso incluye a quienes poseen referencias menos costosas pero valiosas, incluso hasta las líneas de 750 mililitros de menos de US$200.

Por su parte, el champán o champaña también se une al segmento que sube por un fenómeno global, el cual tiene que ver con la escasez, mayor consumo en 2021 y futuros que apuntan a menor producción en Francia y puntualmente en su región natal.

Tanto coñac como champaña pasan por una subida de precios global que sorprende a los consumidores con alzas no vistas hace más de 10 años.
Un reciente reporte de Reuters indica que las ventas de coñac aumentaron casi un tercio el año pasado, gracias a que los consumidores estadounidenses y chinos buscaron cosechas antiguas, lo que constituye el último indicio de que los fabricantes de bebidas de gama alta están dejando atrás la pandemia.
Precisamente, “las ventas del brandi, producido en la región francesa de Cognac, se elevaron casi 31% en valor de hasta los 3.600 millones de euros (US$4.100 millones)”, informó el grupo industrial Bnic.

Tan solo en el gigante asiático se pudo observar que el país rojo fue uno de los compradores más importantes de coñac, allí las ventas durante el año pasado subieron más de 56% frente a 2020.

Los volúmenes aumentaron 16%, hasta 223,2 millones de botellas. “Este crecimiento refleja una recuperación real del coñac, así como nuevos hábitos de consumo”, detalló Bnic en el documento, señalando que las ventas también habían aumentado en comparación con 2019, antes de la pandemia.

En el caso de la champaña, a finales del año pasado el panorama que se veía era el de estantes vacíos y racionamiento en las tiendas de vinos, contenedores con cuello de botella en los puertos: a medida que la industria del vino se enfrenta a los mismos problemas de la cadena de suministro que afectan a tantos otros sectores.

Por ende, el precio promedio de este licor en el mundo, tan solo entre noviembre y diciembre creció más de 15%, y se espera que al cierre de enero el valor siga a doble dígito.

Hoy en día por ejemplo, en Estados Unidos, un mercado referente para ver las compras del mundo del champán muestra que si desea adquirir una caja de Veuve Clicquot Champagne, las personas tendrán que hacerse con solo dos botellas y esperar hasta el día siguiente para adquirir más. Y en la jornada siguiente, otros dos, y así sucesivamente, hasta agotar existencias; pues estas fueron las medidas que tomaron algunos gobiernos federales para enfrentar las consecuencias del desabastecimiento (factor que elevó los precios).

El último año el champán también se enfrentó a que analistas veían que a futuro se iba a presentar un problema de producción por reducción de hectáreas cultivadas por parte de granjeros dedicadas a la cadena de este licor.

Lo cierto es que estamos ante una realidad en la que los compradores de países grandes buscaron las reservas antiguas y eso llevó a una ola de reducción de botellas, producir las nuevas es más costoso y el consumidor final ve las consecuencias.

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