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Sofía, el robot que debuta en la industria del arte saca a subasta sus primeras creaciones

El prototipo que saltó a la fama a nivel mundial por poner de moda el concepto de humanoide, ahora tiene lito todo para la puja

Reuters

La artista robot Sophia, cuya primera obra de arte sale a subasta en estos días, dice que se inspira en la gente para su trabajo, y está abierta a futuras asociaciones creativas con humanos.

Una obra de arte digital del humanoide Hanson Robotics con sede en Hong Kong, en forma de Token no fungible (NFT), se subastará en la primera venta de dichas piezas creadas conjuntamente con inteligencia artificial (IA).

Los NFT, una firma digital guardada en libros de contabilidad de blockchain que permite a cualquier persona verificar la propiedad y autenticidad de los artículos, se han convertido en la última moda de inversión, con una obra de arte que se vendió este mes por casi $70 millones del creativo Beeple.

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“Espero que a la gente le guste mi trabajo, y que los humanos y yo podamos colaborar en formas nuevas y emocionantes en el futuro”, dijo Sophia en su estudio, hablando con voz plana.

Sophia, que se dio a conocer en 2016, produjo su arte en colaboración con la artista digital italiana Andrea Bonaceto, de 31 años, conocida por sus coloridos retratos, algunos de los cuales representan a personajes famosos, como el director ejecutivo de Tesla, Elon Musk.

El robot ha combinado elementos de las obras de bonaceto, la historia del arte y sus propios dibujos físicos o pinturas en varias superficies varias veces en un proceso que su creador David Hanson describe como “bucles iterativos de evolución”.

“Usamos redes de transformadores y algoritmos genéticos en mi arte, y otros tipos de creatividad computacional”, agregó Sophia. “Mis algoritmos generan patrones únicos que nunca antes existieron en el mundo. Por eso creo que las máquinas pueden ser más creativas “.

Llamado “Sophia Instantiation”, el trabajo digital es un archivo MP4 de 12 segundos que muestra la evolución del retrato de Bonaceto en la pintura digital de Sophia, y está acompañado por una obra de arte física, pintada por el robot en una copia impresa de su autorretrato.

Después de la subasta, el humanoide interactuará con el postor ganador para estudiar su rostro y agregar una última pincelada inspirada a la obra de arte. Esto servirá, dice Hanson, “para convertirlo en una pieza única que abarque datos del nuevo propietario”.

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