Ocio

Subiendo el nivel

Alexander Obando

Los ascensos sirven principalmente para fortalecer y adquirir la potencia que se necesita en trabajos de velocidad y resistencia; también sirven para fortalecer las articulaciones.

Cuando no estamos acostumbrados a entrenamientos de esta clase será difícil comenzar, pero una vez combinados adecuadamente con una buena rutina de gimnasio, la potencia adquirida nos dará “alas”.

Sin embargo, podría suceder lo contrario si hacemos ascensos sin un fortalecimiento previo con pesas.

El objetivo-que no todos logran-es ganar velocidad sin esforzarse más.

No es recomendable trabajar ascensos de muchos kilómetros ya que se pierde velocidad y amplitud en la zancada.

Más vale que dichos ascensos prolongados sean escasos y sin competencias a la vista. Lo mejor será dejarlos para el período de fortalecimiento, a menos que el objetivo sea una carrera de montaña, en cuyo caso serán obligatorios.

Se aconseja que los entrenamientos en ascenso comiencen en terreno llano, para luego sí recorrer en ascenso unos 200 metros (máximo) antes de terminar nuevamente en un terreno llano; sólo entonces vendrá el descanso.

Posteriormente, cuando nuestro ritmo cardíaco esté en la zona de recuperación (100 latidos por minuto aprox.), el trabajo se puede repetir hasta diez veces en una sola sesión.

Lo mejor es esforzarse al máximo en la subida; mucho menos en la bajada (para cuidar las articulaciones) y recorrer con moderación las partes planas.

El entrenador escogerá la subida de acuerdo al estado físico del atleta, considerando tres tipos: de poca inclinación, media y alta; o ascensos cortos, medios y largos teniendo en cuenta la distancia y duración. Al combinar ambos aspectos, el atleta podrá lograr distintos tipos de resistencia.

A diferencia de las subidas, un terreno ondulado representa un entrenamiento de resistencia y adaptación, ya que en la mayoría de las competencias no es común encontrar un terreno completamente plano.