Ocio

Tres horas con The Cure

Colprensa

Mientras que las bandas que suelen visitar el país realizan presentaciones que van de los 90 minutos a las dos horas, Robert Smith y su corte no se ahorraron nada en escena, superando las tres horas de espectáculo en un completo recorrido por la historia musical de los más de 35 años de “The Cure”.

El clima conspiró en este concierto, que se realizó en el Parque Simón Bolívar de Bogotá. Qué mejor atmósfera para un show lleno de canciones con fuertes cargas de melancolía, nostalgia, añoranza y oscuridad, que una ciudad envuelta en un gris invernal, donde la lluvia, en diferentes intensidades, nunca se fue. Bogotá nada tenía que envidiarle a ninguna ciudad británica en ese aspecto. 

Sus grandes éxitos radiales, en especial los cosechados en los años ochenta, no faltaron, con “Close to me”, “Friday I´ m in love”, justa para el día y la ocasión; así como “Lets go to bed” y “Disintegration”, pero el sabor especial estaba en la interpretación de los llamados “lados b”, aquellos temas que si bien no llegaban a las emisoras del mundo, se convertían en los favoritos de sus fieles seguidores. 
Fueron cerca de 40 canciones las que Robert Smith, junto a su banda de cuatro músicos, interpretaron en su único concierto en Colombia con el cual finalizaron su gira por América Latina, la primera en los últimos 17 años. 
Lo curioso, es que las 11 de la noche era la hora límite para el espectáculo, pero a “The Cure” poco le importó y siguieron tocando pese al encendido de las luces del parque y nadie se movió de su lugar, pese a este detalle y el aguacero. 
Smith, aquel ser de cabello desordenado, rostro pálido, ojos delineados con gruesos trazos negros y labial borroso, se conectó perfectamente con su público, si necesidad de decir mucho, mejor que las canciones hablaran por él, y ocasionalmente un “gracias”. 
De la organización hay que decir que los resultados fueron muy buenos, al tener que realizar un concierto en un lugar como el Parque Simón Bolívar que no termina de contar con todas las condiciones necesarias para un espectáculo de grandes públicos. Pese a ello, los accesos fueron rápidos y cómodos, con una mejor ubicación de la tarima que permitió una mejor visualización.