Ocio

Un perfecto guión para la película de Álvaro Uribe

Iván Bernal Marín

Desde la primera página de ‘No hay causa perdida’ se percibe el tono paternalista de una voz con la que nos familiarizamos los colombianos, nos guste o no. Y esté o no de acuerdo con su papel como presidente, lo que Uribe plasmó en el papel de su libro es una lectura recomendada a varios niveles; sea curiosidad documental, interés crítico, o el simple placer de sumergirse en una buena historia.

Sorprende, sí. Esto no parecen las memorias de un ex presidente, aunque esté escrita en primera persona. Se divide en seis bloques, titulados con un término evocador: Amor, Coraje, Lealtad. Se componen de breves apartados de una o dos páginas; a modo de escenas cinematográficas, entrelazan momentos cronológicos distintos, unidos por el concepto que las encabeza. En la voz de Uribe recorremos parajes hermosos, habitados por personajes que encarnan valores como nobleza y generosidad, en situaciones cargadas de emotividad. La nostalgia de repente es desplazada por la adrenalina. Un niño arrodillado frente a un toro, balas, bombas, sangre. La historia cae vertiginosamente en estallidos de  violencia, signo que atraviesa la vida del autor y el país. El resultado: un ritmo trepidante, una historia envolvente que va in crescendo, llena de acciones donde sobran las descripciones. Fácil de imaginar en una pantalla de cine. Es evidente la colaboración del periodista estadounidense Brian Winter, que entrevistó al autor durante meses para que revelara el mundo de detalles que le dieron forma a su personalidad.

Quizá parezca aburrido leer a un tipo que estuvo 8 años dando discursos, y ahora vive twitteando. Pero se descubren anécdotas y tips para entender la dimensión de una figura clave en la historia reciente del país: “No oculto mis puntos de vista. Es un rasgo de mi carácter que con el paso de los años (...) se hace más expresivo”.

O que no cree “del todo irracional” que lo describan como un Bruce Wayne suramericano. Y que debe estar desactualizado sobre el personaje, porque la última película que vio fue El llanero solitario.