Un pintor cubano innova en el arte volviendo hojas de tabaco en obras libre de humo

El pintor cubano Milton Bernal trabaja con un cigarro humeante en la comisura de su boca, un indicio del toque claramente cubano que agrega a su inusual arte.

El artista barbudo, de 63 años, coloca hojas de tabaco mojadas encima de sus bocetos de personalidades famosas relacionadas con Cuba, desde el ícono revolucionario Che Guevara hasta el novelista estadounidense del siglo XX Ernest Hemingway, que vivió fuera de la capital de La Habana durante dos décadas.

El arte resultante adquiere los tonos ámbar terrosos de una hoja de tabaco seca y resalta la textura elevada de sus venas, una apariencia que, según Bernal, hace que su trabajo sea único.
"(El tabaco) es un símbolo de nuestra identidad nacional", dijo sobre una de las exportaciones más grandes y conocidas de Cuba. "Lo convierto en una forma de arte que no se consume, que no causa ningún daño, para que todos puedan disfrutarlo".

El tabaco prospera en gran parte de la mitad occidental de la nación insular caribeña, y especialmente en la provincia de Pinar del Río, hogar del mejor tabaco y cigarros del mundo.

Bernal viaja allí regularmente para recoger material de las hojas grandes que se desechan en el proceso de producción de cigarros. Los analiza por color para adaptarlos a su arte que se vende y exhibe en hogares, restaurantes, tabaquerías y hoteles en toda La Habana y en todo el mundo.

En un proceso que Bernal dijo que creó hace más de 20 años, utiliza una fórmula química patentada para mantener la elasticidad, el color y la forma de la hoja de tabaco, que enrolla sobre un lienzo de papel artesanal y deja secar.

“No sufre ningún tipo de deterioro (en el tiempo), independientemente de las condiciones ambientales que pueda haber, humedad relativa del país donde se toma”, afirmó.
"La obra está simplemente conservada de una manera muy natural".