Restaurante de Gordon Ramsay fue cerrado por protestas de ambientalistas
lunes, 21 de noviembre de 2022
Este sábado ingresaron al establecimiento 14 manifestantes que sacaron menús simulados que describían los costos ambientales de los alimentos
El polémico Gordon Ramsay enfrenta un cierre temporal y una ola de malas reseñas tras la manifestación de 14 miembros de Animal Rebellion, el grupo animal activista ambiental que también ha participado en los ataques a las grandes obras de arte con varios alimentos. Ahora, su foco se centra en la alta cocina.
El sábado, ingresaron al espacio alrededor de las 6:00 p.m. hora local, se sentaron en mesas reservadas y sacaron menús simulados que describían los costos ambientales de los alimentos en el menú del restaurante, como bistec y ternera.
La medida tenía como objetivo llamar la atención sobre la desigualdad que representan los restaurantes de alta cocina, dijo el grupo. “Este restaurante es el ejemplo perfecto de la desigualdad que enfrentamos en el Reino Unido en este momento”, dijo a The Guardian Lucia Alexander, una de las manifestantes. “
Si bien Gordon Ramsay sirve alimentos que cuestan un mínimo de £ 155 por persona, más de 2 millones de personas dependen de los bancos de alimentos en esta crisis del costo de vida”.
Animal Rebellion está presionando por un sistema alimentario basado en plantas, que según Alexander permitiría alimentar a millones de personas más, sin depender de "industrias de cría de animales explotadoras e ineficientes". El grupo también está haciendo campaña para la creación de un programa de reconstrucción masiva, según un comunicado de The Guardian.
En total, 14 manifestantes estuvieron presentes en la acción del Restaurante Gordon Ramsay. Su aparición obligó al restaurante a cerrar, momento en el que los manifestantes se marcharon sin que se realizaran detenciones. Un portavoz del establecimiento dijo que la protesta resultó en la cancelación de reservas, junto con el cierre.
“Todo el mundo tiene derecho a sus opiniones y creencias”, dijo el portavoz. “Sin embargo, entrar a la fuerza en un restaurante, molestar al personal que trabaja arduamente y arruinar la noche de los invitados que han esperado meses por sus reservas es increíblemente inapropiado y profundamente irrespetuoso”.