“Yo ya no pinto para Ocaña o Colombia, sino que ahora pinto para todo el mundo”
sábado, 4 de septiembre de 2021
El artista, Jorge Riveros, exhibió su obra en Miami y ahora mostrará en Bogotá trabajos que tenía en reserva hace más de tres décadas
El artista y maestro colombiano Jorge Riveros nació en Ocaña y vivió en Alemania donde fue uno de los fundadores del grupo artístico de la posguerra Semikolon Kunstergruppe, años después volvió al país, donde su propuesta creativa de geometría abstracta no fue bien recibida. Ahora es representado por tres galerías, Ascaso, Piero Atchugarry y Galería Elvira Moreno, en esta última estará desde el 29 de septiembre exhibiendo su trabajo sobre madera.
¿Que se va a encontrar en la galería Elvira Moreno?
Lo que se va ver ahora es una cosa que no conocen aquí en Colombia, son los caprichos míos; las impresiones que yo hice en Alemania y las tenía guardadas y ya tienen sus añitos, lo que está hecho acá son columnas y tablas de la casa donde está la Universidad Sergio Arboleda, y las he preparado al estilo antiguo, porque yo no tengo otro. Cuando yo llegué no había interés; yo diría que me cortaron las alas. Nunca antes las mostré y ahora hay gente que se ha interesado por verlas.
¿Cuales son la piezas más importantes?
Eso es como los hijos, los quiero a todos por igual, cada pieza tienen una vida propia, cuando están hechas son una cosa aparte, yo no puedo defenderlas, que lo hagan ellas.
¿La censura a su obra en Colombia lo hizo desistir?
Del arte jamás me alejé, en las peores circunstancia siempre estuve fiel a lo que quería ser desde niño. En Alemania tuve un momento en el que la prensa se ocupaba más de mí en un mes que aquí en 15 años. Tuve un profesor español y uno alemán, que me dijeron, consigue los papeles (diplomas) y con eso vas a recorrer el mundo.
¿Cómo recibían su obra allí?
Las exposiciones que hice fueron aceptadas, eso me fortaleció mucho anímicamente; pero después uno hace las cosas y no tiene interés en sí es bueno o malo, las hace porque no sabe hacer otra cosa, es de lo que vivo y lo que vine a hacer.
¿Cual es su visión del arte?
Yo considero que todos tienen una misión algunos la cumplen al extremo y otros la dejan de lado, si te casas con la pintura, tienes que dar todo lo que tengas y no recibir nada, si no sirves para eso, dedícate a otras cosas. La persona que piense que va a pintar porque va a vender, no llega a nada, no mastica su profesión y no la conduce a que tenga una virtud.
¿Por qué siempre insistió con la geometría abstracta?
El ADN que tengo es de lo que hacían nuestros antepasados, nosotros perdimos nuestra capacidad de expresión con la colonia, cuando nos pusieron a pintar santos y angelitos. Si vas a Chiribiquete ahí están los pintores, mis colegas; ellos eran abstractos pero ya eran geométricos. Cuando entré de lleno en la geometría me di cuenta de que podía hacer cosas que tienen raíz en este continente.
¿Cómo es la recepción actual en Colombia?
Muy buena, yo nunca esperaba eso, yo nunca he esperado nada, estoy muy sorprendido, el de carne y hueso, está aterrado.
¿Cual la diferencia con épocas anteriores?
Gracias a las comunicaciones cualquier cosa que hagas, lo conocen donde sea, entonces uno tiene más responsabilidad y tiene que dar mucho más de lo que daban los pintores anteriores, tienes la crítica encima o si gusta también tienes la aceptación del mundo, yo ya no pinto para Ocaña o para Colombia, pinto para el mundo.
¿Que mensaje da con el estilo de sus obras y a quién?
Si le ponemos orden a las cosas y respeto a lo que hacemos, podemos ir adelante, sino seguiremos igual; para la sociedad colombiana, cuando se hacen cosas que no valen la pena es mediático, pero lo que está bien hecho es permanente y si no miremos las pirámides de Egipto.