Alianza Pacífico: Hora de enmendar sus errores
martes, 29 de abril de 2014
El fallo proferido por la Honorable Corte Constitucional el pasado 24 de abril de 2014 mediante el cual dejó sin piso la Ley 1628, más conocida como Ley Marco de la Alianza Pacífico, representa para el Gobierno una gran oportunidad de recomponer un acuerdo que fue hecho de manera apresurada y contiene elementos que, sin duda, deben ser mejorados para que nos permita a todos, como sociedad, apoyar la iniciativa de Gobierno como un tema benéfico para el país.
Como bien sabe la opinión pública nacional, la SAC ha sido un abierto y democrático contradictor de la Alianza Pacífico por considerar que, independientemente de constituir un importante escenario político regional que quisiéramos apoyar como Institución, en el plano comercial las condiciones bajo las cuales se ha concebido y materializado el Protocolo Comercial son en extremo lesivas para el sector agropecuario y tendientes a eliminarlo, cuando en otros bienes, incluyendo los agrícolas, el país no tiene nada que ganar y, comercialmente hablando, sólo se favorecerán las economías de Chile, México y Perú.
Tales circunstancias no se pueden aceptar, menos aún en un ambiente que le ha costado al país paros agrarios de magnitud, incertidumbre institucional e inestabilidad en el campo, probablemente a consecuencia de actitudes arbitrarias e inconsultas de parte del Gobierno como las que en no pocas ocasiones han rodeado el proceso de la Alianza Pacífico.
Sin embargo, independientemente de los reparos de forma, el fondo es que con el importante fallo de la Corte Constitucional, el Gobierno Nacional gana un tiempo para replantear las no concertadas condiciones del denominado Protocolo Comercial, con el fin de subsanar las que consideramos lesivas condiciones de inconveniencia para Colombia de la Alianza Pacífico.
Es importante recordar que lo único que está en juego en la Alianza Pacífico es la agricultura de Colombia, en la medida que los demás bienes del arancel se fueron desgravando con esos países desde hace 20 años y hoy se encuentran libres de aranceles y la agricultura de socios como México es sustancialmente más fuerte y competitiva que la nuestra. En síntesis en el plano comercial el acuerdo sería una sola vía o, si se quiere ver de otra manera, en la práctica será de concesiones unilaterales de parte de Colombia.
En un momento como el actual, en el que el Gobierno llama al diálogo a unos y otros para evitar las movilizaciones que afecten la economía y la población resulta apropiado repensar el contenido comercial negociado en la Alianza Pacífico, y renegociar el denominado Protocolo Comercial para excluir de él los bienes sensibles de la agricultura, a fin de dar una señal clara al campo colombiano, al país o a los interesados en el exterior en el sentido de que este Gobierno está de verdad comprometido con la estabilidad económica del campo y su progreso y no sólo con la entrega de recursos a borde de carretera, para luego terminar sellando la debacle del sector mediante iniciativas y acuerdos comerciales inconvenientes.
El sector agropecuario ha podido soportar años de abandono y descuido, pero le será muy difícil soportar las consecuencias de un cúmulo de acuerdos comerciales basados en concesiones unilaterales que lo condenen a una competencia inequitativa, como la que se plantea para el agro en Alianza Pacífico. ¡Este es el momento de corregirlo!...