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Cómo Start-Up Chile está cambiando a América Latina

Hace dos semanas escribí sobre cómo los empresarios latinoamericanos han encontrado éxito mirando hacia Silicon Valley para inversión, asesoramiento e inspiración. Sin embargo, hay otro lado de esta historia. Hay una serie de empresarios de Estados Unidos (y de otras partes del mundo) quienes están mirando hacia América Latina para encontrar oportunidades, talento y crecimiento.

¿Por qué? Hay una serie de tendencias subyacentes como mayor estabilidad, una fuerza de trabajo capacitada y un crecimiento económico más rápido, pero una razón importante es el éxito de Start-Up Chile, una iniciativa gubernamental que está cambiando la cara del emprendimiento en América Latina.

Pero cómo puede una iniciativa gubernamental que existe desde hace menos de dos años ser considerada un éxito, y mucho menos responsable de cambiar toda la región?

Start-Up Chile es un programa audaz, disruptivo (poco común en el gobierno en estos días) que está logrando lo que prometió. El objetivo de Start-Up Chile es convertir a ese país en un centro de innovación y emprendimiento. Para ello, el gobierno chileno está proporcionando un monto de $40.000 en capital semilla, una oficina y un visado de un año para emprendedores que estén en una fase inicial para que inicien su negocio en Santiago.

Hasta el momento está funcionando. En solo dos años, el programa ha recibido a 687 empresarios de 35 países, ha creado 695 puestos de trabajo y ayudado a generar 36 negocios con inversionistas chilenos, de acuerdo con la revista Forbes. El 59% de los nuevos empresarios de Start-up Chile ya tienen operaciones en el país.

El gobierno chileno entiende correctamente que, para llegar a la siguiente etapa de desarrollo, la economía chilena basada en el cobre y reacia al riesgo tiene que innovar. Las ciudades mundiales de innovación como San Francisco, Nueva York, Tel Aviv y Bangalore demuestran que la atracción de gente creativa e innovadora es la clave para el éxito económico. Al igual que el resto de América Latina, Chile necesita innovadores.

A cambio de la visa y los $ 40k, los participantes de Start-Up Chile deben colaborar con estudiantes y empresarios chilenos y en muchos casos, terminan siendo mentores y contratando chilenos. La afluencia de innovadores extranjeros ha alterado el status quo en Chile y ha introducido una nueva generación de empresarios a oportunidades en América Latina.

Carlos Solorio que dirige Arden Reed, un minorista de línea de ropa masculina, llegó a Chile hace cuatro meses y ya ha decidido desarrollar la base tecnológica de su empresa en América Latina. Start-Up Chile le ha ayudado a conectarse con la comunidad de diseño en Argentina, donde ha realizado tres contrataciones. El diseño y el talento de ingeniería en América Latina es “muy alto” y subestimado, dice.

Jeff Thelen, un empresario estadounidense con sede en Bogotá, está utilizando Start-Up Chile para conectarse con otros empresarios y construir su red de contactos en la región. Thelen comenzó la pagina web Edmond.com.co con su hermano Mike para proporcionar información financiera personal y eventualmente productos financieros para consumidores colombianos y chilenos.

Tanto Solorio como Thelen fueron atraídos a América Latina debido a su creciente dinamismo económico y cultural, pero fue Start-Up Chile lo que les proporcionó los recursos y las conexiones para quedarse y construir sus negocios en la región.

Start-Up Chile está creando un ecosistema de emprendedores--la muy importante red de apoyo que ofrece recursos e inspiración-- que ha enlazado a diseñadores, ingenieros y empresarios latinoamericanos y los ha conectado con el movimiento de emprendedores global.

Start-Up Chile se ha convertido en una marca sólida que está cambiando la percepción de Chile y América Latina. La iniciativa ha puesto a la región en el mapa como un lugar para construir negocios. Los empresarios de todo el mundo han viajado miles de kilómetros para ir a Santiago a conectarse con otros innovadores afines. La semana pasada Start-Up Chile cerró su sexta ronda de aplicación recibiendo 1.421 solicitudes procedentes de 60 países diferentes. Esta vez el 50% de los solicitantes provenían de América Latina.