Analistas

Decisiones populistas

Uno de los puntos del acuerdo hecho con los agricultores después del paro de agosto de este año fue el establecido con los productores de papa, en el que se pactó que el gobierno compraría un valor de $20.000 millones, divididos según participación en la producción nacional del tubérculo, para los departamentos de Boyacá, Cundinamarca y Nariño.

La compra de estas empezó el 18 de octubre de este año. Según datos de Corabastos, para la papa Sabanera, en la tercera semana, el precio de calidad extra pasó la barrera de los $1.000  el kilo, precio al que llegó antes que el gobierno empezara a llevar a cabo el acuerdo, sin embargo para los primeros cuatro días de esta semana el precio promedio estuvo en $860; para la papa pastusa ha sido igual, no ha superado la barrera de los $600 el kilo, y hasta el jueves de esta semana el precio descendió hasta $487  el kilo, por debajo del precio de la última semana antes de que se empezaran las compras cuando estaba en $600 el kilo. La papa R-12 que inició con un precio de $480 el kilo al jueves tenía un precio promedio de $380.

La sobre oferta del producto ha sido constante. El producto sale de esos departamentos pero se mantiene en Colombia. La política del gobierno fue sacar la papa de un mercado para invadir otro mercado, y lo que es peor la ha llevado a departamentos donde se produce, como es el caso de Antioquia, región en la que mas de 40.000 campesinos viven de cultivar este producto, quienes se han visto gravemente afectados pues en algunas regiones el precio de la papa ha bajado más de 80%: “Antes del paro (donde se originó el problema) el kilo valía $850 y  el 22 de noviembre se vendió a $450” explicó Sergio Velásquez, director comercial de la secretaria de agricultura”.

El efecto logrado por el gobierno nacional al comprar papa e invadir con ella otros mercados ha sido desastroso para los productores y los trabajadores del sector pues, el precio de la misma ha descendido dramáticamente poniendo en grave riego una actividad de la cual viven miles de campesinos en varios departamentos.

El gobierno aceptó compromisos sin estudiar realmente los efectos que causaría la intervención sobre la oferta y la demanda y sobre el precio final de la papa. Se le aseguró transitoriamente a unos productores unos ingresos, se buscaba no solo resolver el problema de la sobre oferta sino también el de los bajos precios, y la política terminó agravando el problema: manteniendo la sobre oferta y bajando el precio de la papa, afectando a miles de productores y trabajadores.

Eso fue un sí a ciegas, ojalá no lo haya sido para el resto de los compromisos adquiridos con los agricultores quienes confiaron en el gobierno para resolver sus problemas de ingresos. Agricultores que siguen quejándose de los incumplimientos por parte del gobierno.

Medidas populistas como estas, que buscan disuadir rápido las protestas y salir rápido del problema, generan el efecto contrario.

Ante el anuncio del presidente de aspirar a la reelección, los colombianos debemos abrir bien los ojos, la buena gestión del gobierno no debe estar compuesta por medidas encaminadas a salir transitoriamente de los problemas, son obligaciones del gobernante que deben ser adoptadas con absoluta responsabilidad así deba asumir costos de popularidad con ellas.

El presidente candidato no puede seguir dando palos de ciego como en el caso de los paperos, con medidas populistas, muy del modelo chavista que, agravan la situación de nuestros agricultores.