El legado de Chávez
viernes, 8 de marzo de 2013
De la Venezuela próspera, ejemplo de inversiones que generaban empleo, de campos propicios para producir sus propios alimentos, de un sector automotriz robusto, de ciudades industrializadas como Valencia, de autopistas e infraestructura pública envidiables, todo ello habitado por un pueblo alegre, ya no queda nada.
Por cuenta del expresidente Chávez y su socialismo del siglo XIX, se destruyeron el estímulo a la iniciativa privada y se expulsó del mercado aproximadamente el 50% de las empresas que producían y generaban puestos de trabajo. El resultado de esto es el inmenso gigantismo del gobierno venezolano que, para reemplazar los puestos de trabajo destruidos en el sector privado, llenó de burocracia innecesaria e ineficiente el sector público.
Por cuenta de las políticas de Chávez durante estos tres lustros, se expropiaron de manera selectiva tierras dedicadas a la agricultura y a la ganadería, convertidas hoy en fundos improductivos. El resultado es que Venezuela, que producía maíz, arroz, fríjol, hoy debe importar estos productos y otros como café, azúcar, carne y lácteos en un 75% para alimentar a su pueblo. Como consecuencia de esto Venezuela está sometida a un gran desabastecimiento de alimentos y a la más grande inflación que país alguno en América Latina tenga (20,1% anual) que es el mayor impuesto a los pobres.
Por cuenta del gobierno de Chávez, Venezuela aparece hoy como uno de los países más corruptos del mundo porque las prácticas dictatoriales del exgobernante y los miembros de su partido único, acabaron con la autonomía e independencia del poder judicial, de los órganos de control y del propio legislativo.
Por cuenta de Chávez la libre expresión en los medios de comunicación cesó, fueron acalladas y canceladas las licencias de funcionamiento a emisoras, periódicos y programas de televisión por disentir de las políticas gubernamentales.
Por cuenta de la ineficiencia del gobierno, Venezuela, que está sobre inagotable riqueza petrolera, disminuyó su producción de aproximadamente tres millones de barriles diarios de petróleo a dos millones, a causa de la burocratización e ineficacia administrativa en que está sumida Pdvsa que, en otrora, fuera ejemplo de eficiencia, productividad y orgullo de los venezolanos.
Por cuenta de las políticas populistas y demagogas de Chávez, Venezuela, uno de los países más ricos en recursos hídricos del mundo, es también el de mayores racionamientos de energía porque la ausencia de administración de sus hidroeléctricas ha llevado a que éstas funcionen apenas en un 50% de su capacidad instalada.
Al morir el señor Chávez, deja como herencia al pueblo venezolano una deuda pública de aproximadamente 250.000 millones de dólares; por cuenta entre otras de sus equivocaciones, de los abultados giros y subsidios, y compras de deuda pública a Argentina, Ecuador, Nicaragua, Cuba, Bolivia, deuda que tendrá que pagar el pueblo venezolano, si le alcanza el tiempo, con hambre, sudor y lágrimas.
A todo ese panorama desolador debe sumarse que el legado de Chávez convirtió a un pueblo amable, de temperamento alegre, optimista, en un pueblo lleno de odios y rencores que, por cuenta de las políticas de Chávez ha convertido su diario vivir en lucha de clases y enfrentamientos que, además ha alimentado una violencia sin igual que deja más de 21.000 muertos anuales en el país y en Caracas, su capital, 5.623, lo que la convierte en una de las ciudades más inseguras del continente.