Analistas

Financiando la innovación

Conocimos recientemente los resultados del Índice Global de Innovación 2017 preparado por la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, junto a la Universidad Cornell y el Insead, que demuestra nuestro retroceso en diferentes variables sistémicas relacionadas con los recursos usados y las entregas asociadas, siendo un tema absolutamente fundamental y determinante, pero acá mal tratado.

Sobre este neurálgico asunto y los resultados del mencionado indicador el año pasado, que no distan de los de este año y van en decadencia en nuestro caso particular, me referí recientemente en el artículo “Calidad del capital” (3 abril), donde destacaba la importancia de revisar los fundamentales asociados con las industrias que operan en todos y cada uno de los mercados de tecnología.

Al respecto estimo que si bien es cierto que los recursos asignados por el sector público son insuficientes, en comparación con los de otros países, la verdad también es, que en los países más avanzados la innovación científica y tecnológica tiene como principal fuente de financiación los recursos privados, pero además, en Colombia hay una gran insuficiencia de masas críticas relacionadas con el tema.

Lo anterior se puede aunar al supuesto descalabro sufrido por el sistema en la desviación de los recursos de las regalías hacía vías terciarias, que puede estar bien, ante la falta precisamente de tales masas críticas de innovación de calidad en la geografía nacional, que permitan asignarlos correctamente; siendo tal vez, la oportunidad para reconsiderar la manera como estamos gestionando éstas masas.

En la medida que comprendamos como gestarlas y fomentarlas, de esa misma manera la dinámica de la inversión-financiación asociadas a la innovación adquirirá la relevancia que se merece y podrá generar las sinergias óptimas entre lo público, lo privado y lo académico, de forma tal que la mentada triple hélice adquiera vigor y trascendencia, junto a las entidades multilaterales de desarrollo que juegan un rol determinante, en la debida instrumentación de las respuestas requeridas.

Acerca de las masas críticas me he referido en múltiples ocasiones en este espacio, como las vinculadas con el capital humano y el capital emprendedor de clase mundial, la llamada clase creativa que domina todas las fronteras del conocimiento junto a las dinámicas empresariales con mayores y mejores posibilidades para un desarrollo sostenible, sustentable y equitativo que realmente cierre brechas.

Así que la financiación de la innovación está ante y sobre todo, supeditada al comportamiento de estas masas críticas que resultan vitales para el debido diseño, instrumentación, ejecución y evaluación de las políticas públicas que inciden en el crecimiento y fortalecimiento de las esferas involucradas desde la medular, a la esencial, hasta la habilitante; considerándolas en su correcta dimensión.