La revaluación
sábado, 1 de septiembre de 2012
En la última reunión de la junta del Banco de la República se determinó que en lo que restaba de agosto y el mes de septiembre se comprarían US$700 millones, es decir, más de los US$20 millones diarios que se estaban comprando.
Desde 2003 a la fecha, el precio del dólar ha perdido más de $1000 frente a nuestra moneda; mientras que en el 2003 un dólar equivalía $2.876.00, ayer ese mismo dólar costaba $1.830.5.
Existen factores externos e internos que generan presiones sobre la tasa de cambio. En los últimos años la tendencia de esas presiones es hacia la depreciación del dólar.
Las razones externas para eso son varias: la economía estadounidense no está creciendo a los ritmos en que crecía hace unas décadas; su balanza comercial ha sido deficitaria por varios años; en 2008 sufrió una fuerte crisis financiera que además afecto en gran medida a la Comunidad Europea y tocó otras economías del mundo. Hace unos años el dólar era la moneda por preferencia con la que se transaba o mantenían reservas, hoy existen otras monedas respaldadas en economías fuertes que le han quitado participación al dólar, incluso el oro ha vuelto a tener participación en estas situaciones.
Así como existen presiones externas para la depreciación del dólar, también existen internas. La entrada de remesas, la Inversión Extranjera Directa (IED) y el narcotráfico son algunas de las razones que a nivel nacional presionan la depreciación del dólar.
Aunque la IED ha aumentado en los últimos años, la apreciación del peso, debido a la gran entrada de dólares, ha generado pérdidas en la competitividad de las exportaciones.
La realidad es que en general los productores son quienes pierden, pues una tasa de cambio apreciada genera que el exportador aumente los precios de sus productos para compensar que los pesos que recibe después del cambio son menos y ya no puede cubrir con todos los gastos.
La decisión del Banco Central de aumentar el valor total de compra de dólares es acertada puesto que sus efectos positivos sobre la economía colombiana son mayores que mantener la apreciación; sin embargo, éstas medidas son transitorias, lo de fondo es la modernización de la infraestructura nacional y de la tecnología para ser más competitivos y bajar los costos de producción.
Al haber apreciación del peso los productores nacionales no solo pierden competitividad a nivel internacional sino a nivel nacional. Resulta más barato para el consumidor y para el productor comprar bienes o materias primas importadas que comprar nacionales y por ende la industria nacional es la más afectada, generando perdidas en los ingresos y llevando a las empresas a reducir costos derivando esto en despidos y desempleo. Las exportaciones y las remesas son las más afectadas, puesto que como reciben los dólares, esto se traduce en menos pesos.
Con los crecientes niveles de consumo interno, el país debe cuidar a las familias. Los bajos precios de los productos importados atraen a los colombianos al consumo, no solo dejando de ahorrar sino gastando lo que no tienen. El des-ahorro genera efectos negativos sobre la economía, ya que impide que la inversión se haga desde nacionales a nacionales, lo que aumentaría la riqueza de los colombianos, y fuerza a la inversión extranjera que no solo atrae capitales golondrinas, que son muy volátiles, sino que también presiona sobre la tasa de cambio.
En Colombia, los más afectados con la tasa de cambio revaluada han sido los sectores agrícolas y manufactureros; sectores como el bananero y el floricultor que son intensivos en mano de obra han disminuido su nivel de empleo y si el retorno de las exportaciones se sigue afectando por tasa de cambio el desempleo podría seguir aumentado en otros sectores.