Mercadeo e innovación
sábado, 10 de octubre de 2015
Fue Peter Drucker, en la década de los 50, quien dijo que las funciones básicas de cualquier organización son el mercadeo y la innovación. Hace unos días fue el gurú Guy Kawasaki el que comentó sobre el marketing y la innovación, recomendando 10 puntos que deben considerarse para trabajar un proceso logístico que sea verdaderamente efectivo, cuando de desarrollar y mantener los mercados se trata, para lo cual se ha dicho que es imperativo innovar la oferta, no solamente el producto, como piensan muchos.
Como podrán recordar algunos, Kawasaki comenzó su exitosa carrera como mercadólogo, consultor y escritor siguiendo los pasos de Steve Jobs en Apple al inicio de la década de los 80, década durante la cual la famosa marca se convirtió en líder mundial.
Las 10 sugerencias para lo que llamó un mercadeo innovador son las siguientes:
Actuar significativamente, dejando ver con claridad que se trabaja con deseos de hacer las cosas de manera que se busque cambiar el mundo, como se dice, para lo cual se necesita pensar en cómo mejorar todo lo que existe con lo que se hace, antes que en utilidades monetarias (humanismo, como tanto hemos comentado).
Generar mantras en lugar de frases bonitas y sin mucho sentido de compromiso. Sobre ello afirma el hawaiano que muchas organizaciones trabajan con misiones y visiones bonitas que no se convierten en verdaderas mantras, lo cual es un error.
Dar siempre un paso más, para ir adelante, contrario a lo que las organizaciones que se quedan estancadas hacen, considerando que como las cosas van bien, se pueden quedar así, como si la constante del cambio no fuera real. Para hacerlo, se necesita ser diferente.
Ofrecer productos multifacéticos, inteligentes, completos, benefactores y elegantes.
Ensayar sin temor; los innovadores no se preocupan porque saben que no existe la perfección, por lo que no temen medir y ensayar constantemente. Los grandes de Silicon Valley, dice, hacen muchos ensayos y de ellos extraen lo que ha de ser más útil.
Dejar que la siembra produzca, aceptando que por más éxito que se logre, nunca se llega a un final y no se ha dicho la última palabra, y, además, que los mercados van indicando lo que se debe hacer y en qué momento.
Polarizar el mercado, pues al no existir la posibilidad de perfección, siempre habrá quien no guste de la oferta que se hace, generando detractores y/o enemigos. Por eso, afirma, que si existen quienes no gusten o quieran la oferta es porque al mercado le interesa, siendo lo peor que podría suceder la indiferencia de la gente. Ejemplo, Uber.
Actividad constante y contacto permanente con los clientes, lo que es, probablemente, más difícil para los innovadores por la cantidad de opiniones a favor y en contra que siempre se conocerán en un mundo permanentemente conectado y opinando.
Conocerse bien, para ubicarse en el mercado que se debe, siendo y teniendo claro por qué se es diferente y valorado, y haciendo que los clientes y prospectos lo sepan y acepten.
Compromiso con mejorar siempre utilizando los medios adecuados.
Y, una recomendación adicional que considera de suma importancia: saber a quién debe escucharse, en todos los casos, pues en un mundo en el que todos opinan, muchos hablan haciendo más mal que bien.
Esas recomendaciones del consultor hawaiano se pueden resumir, según Molly Soat, en tres frases: perder el temor por fracasar, innovar para ser beneficiosos en lugar de hacerlo en busca de rentabilidad, y avanzar sin temores.