Analistas

Principal reto económico

Son muchos los asuntos apremiantes de un país con tantas necesidades como el nuestro, sin embargo definitivamente creo que el desafío más relevante en lo económico tiene que ver con alcanzar un crecimiento superior al encontrar el rumbo correcto para el desarrollo sostenible y equitativo, tan esquivo en toda la región latinoamericana que sigue patinando y dando tumbos en la materia.

Sobre el tema y gracias a la invitación de la Universidad Eafit en Bogotá, asistí en días pasados a la presentación del último informe semestral de la oficina del economista jefe regional de América Latina y el Caribe del Banco Mundial, Carlos Végh, titulado “Entre la Espada y la Pared - la encrucijada de la política monetaria”, relacionado con las oportunidades de sacar partido de ésta última.

Al respecto reconozco las posibilidades que brinda el manejo de la tasa de interés por parte de las autoridades monetarias, en nuestro caso el Banco de la República, para responder a la exigente estabilización y control de la inflación, de forma tal que promueva el crecimiento económico, pero además responda bien a riesgos cambiarios según la situación cíclica o contra-cíclica a enfrentar.

Sin embargo, el margen de maniobra de ésta medida de política es bastante estrecho y sus repercusiones aunque trascendentales, pueden no tener el mismo efecto e impacto que las políticas estructurales, que por supuesto precisan diferenciarse al diseñar, priorizar y definir agendas públicas, porque definitivamente no es lo mismo hablar del denominado costo país, de sana lógica incremental, pero diferente a los requerimientos para insertarnos en la economía del saber, una mirada disruptiva e integral al problema estructural.

Y claro está, ésta última alternativa no conlleva, ni implica un mayor gasto público para reactivar la economía conforme el tradicional enfoque keynesiano, sino una mejor asignación y distribución de los restringidos recursos, de forma tal que con nuevos y creativos arreglos, se le imprima el manejo del caso a las variables, para así, darle el tratamiento correcto a ésta neurálgica disyuntiva.

Con lo que sí definitivamente está íntimamente asociado este asunto es con la forma y fondo como Colombia enfrente su relación con la tan de moda cuarta revolución industrial, que gracias a LR nos congrega estos días para su análisis y debate, que debe ir más allá del sesgo predominante del tema con la economía digital, también por moda, sin dudas un elemento consustancial pero no el único.

Para eso, la reforma estructural debe considerar los fundamentales que movilizan las masas críticas de la innovación que permitan nuestro acceso a la sociedad del conocimiento, mediante la creación y el fortalecimiento de los clústeres del saber nutridos de mipyme nacionales, futuros partícipes activos en las cadenas globales de abastecimiento con valor agregado, sí se hace bien.

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