Analistas

Una decisión absurda

El pasado paro campesino del Catatumbo que paralizó al Norte de Santander por casi dos meses, ha llevado al Presidente Santos a tomar decisiones de extrema gravedad. Para calmar las protestas, Juan Manuel Santos ordenó la suspensión de la erradicación manual obligatoria de la hoja de coca en municipios de dicha región. Esto quiere decir que la fuerza pública por orden de su comandante, no puede, ni está erradicando los cultivos ilícitos en dicha área.  
La coca es la munición que sega la vida de los militares, los policías y los civiles; la coca es el combustible que financia la violencia y la extorsión a los comerciantes, industriales, ganaderos, agricultores  y campesinos.
Según el informe sobre censo de cultivos de coca de 2012, publicado en el mes de junio de 2013, elaborado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la droga y el delito (Unodc), de las 48.000 hectáreas de coca sembradas en el país, en el Norte de Santander y especialmente en la región del Catatumbo, hay 4.516 hectáreas sembradas para el año 2012, casi  10% del total nacional, esto es 29% más que en el 2011, periodo en que habían 3.490 hectáreas y 59% más que en el 2010 cuando habían 1.889 hectáreas sembradas con hoja de coca en el Catatumbo. 
Según el mismo informe, la región del Catatumbo produce 6.100 kg de hoja de coca por hectárea al año, la mayor  producción por hectárea  en el país, mientras que en la región pacífica se producen 4.400 kg por hectárea, en el Putumayo y Caquetá 4.000 kg por hectárea y en la Sierra Nevada 3.100 kg. 
Según el mismo informe la producción de cocaína pura procesada en el 2012 en nuestro país, fue de 309 toneladas métricas. En el Norte de Santander, con énfasis en el Catatumbo, se estarían produciendo 29 toneladas métricas de cocaína en el 2012, o sea 29.000 kg en un año. Según el informe de la Unodc de junio de este año, el precio de 1kg de cocaína en EEUU es de US$27.000 y en Europa es de US$53.000.  Con toda razón el ministro de defensa, Juan Carlos Pinzón, declaró a Caracol, el pasado 25 de Septiembre: “hemos dicho que el Catatumbo es la billetera del secretariado de las Farc, y no vamos a permitir que se convierta en una guarida de bandidos”.
Pero otra cosa piensa el Presidente Santos, quien dio la orden de suspender la erradicación manual obligatoria de la coca en el Catatumbo.
Lo que su gobierno debe hacer es cumplirle a los campesinos de esa región con los proyectos de caña panelera, frijol, cacao, café y ganadería y buscar para ellos y para todos los campesinos de Colombia, seguros de cosecha  para garantizarles una rentabilidad.
De la misma forma cumplir los compromisos del gobierno de financiar en principio sus propuestas agropecuarias por $210.000 millones. 
Es necesario que en el Catatumbo, como en otras zonas campesinas del país se avance en la construcción de bienes públicos como distritos de riego, acueductos y alcantarillado, arreglo de las vías, puestos de salud y aulas educativas de calidad, crédito pagable y sobretodo seguridad para que puedan trabajar en paz.
La decisión del presidente Santos, termina financiando la violencia contra los propios campesinos, contra los hombres de nuestra fuerza pública y contra nuestros compatriotas. Dicha decisión que debe tener de fiesta a los subversivos que dominan el Catatumbo, y manipularon el paro campesino a favor de sus intereses nefastos, es un atentado contra la tranquilidad de esa región y de la patria.