Opinión

Desempeño de la construcción y sus encadenamientos sectoriales

El buen dinamismo experimentado por las obras civiles, se evidencia con mayor claridad en el comportamiento del Indicador de Inversión en Obras Civiles (IIOC), principal fuente de información que alimenta a este subsector. Así, al corte del primer trimestre de 2017, el IIOC registró un crecimiento de 3,3% anual, superior al -0,1% de un año atrás. Ello, como consecuencia, principalmente, de la recuperación de la inversión en carreteras, calles y caminos, que pasó de crecer 3,4% en 2016 a 12,3% en 2017.

 Entretanto, el deterioro del valor agregado de las edificaciones parece ir en línea con las cifras registradas para el área causada. En efecto, según el censo de edificaciones del Dane realizado al corte del primer trimestre de 2017, el área causada total presentó una contracción de -8,4% anual, muy inferior al +16,5% de un año atrás. Esto se deriva del marcado debilitamiento observado en las edificaciones no-residenciales (28% del total), que cayeron de variaciones de +18,3% en 2016-I a -9,2% en 2017-I; y las residenciales (72% del total), que se contrajeron a -8,3% en 2017-I, frente a +16% de un año atrás (ver gráfico adjunto).

 Este debilitamiento se ha reflejado de manera preocupante en los niveles de producción de los sectores conexos a la construcción, evidenciando la presencia de fuertes encadenamientos productivos que ahora juegan en contra de la industria. En efecto, según la Encuesta Mensual Manufacturera, al corte de marzo de 2017, se observaron comportamientos desfavorables en tres de los cuatro sectores relacionados con la construcción. Así, la producción del sector de productos de vidrio se desaceleró a tasas de 1,5% anual en el promedio de doce meses a marzo de 2017 (vs. 12,6% un año atrás), mientras que la de los productos minerales no metálicos se contrajo a -5,7% (vs. +3,4%), y la del sector de hierro y acero decreció a -4,8% (vs. -3.9%). En contraste, el sector de productos metálicos se expandió a una tasa de 9,8% en el acumulado en doce meses, muy superior al 1,1% de un año atrás. 

 De manera similar, los datos de importaciones en dichos sectores se deterioraron durante el período 2016-2017. En efecto, las importaciones de hierro y acero se contrajeron a -15,8% anual en el acumulado en doce meses a marzo de 2017, mientras que las de los productos minerales no metálicos lo hicieron a -9,9%. Adicionalmente, las compras externas del sector de productos metálicos decrecieron a -8,5%, mientras que las del sector de vidrio y sus productos cayeron a -7,8% en el acumulado en doce meses. Todo lo anterior se tradujo en un marcado deterioro en las ventas de ferreterías (sector del comercio minorista conexo a la construcción), contrayéndose a -3,5% en el acumulado en 12 meses a marzo de 2017 (vs. +12,6% un año atrás).

 Así las cosas, se evidencia una caída generalizada en la demanda de materiales de construcción, en línea con el débil desempeño del sector constructor y continuando con la tendencia registrada un año atrás; un marcado contraste frente a lo observado en 2014-2015, cuando las expansiones de la construcción y la presencia de fuertes encadenamientos habían tenido un importante efecto positivo. Ahora, cabe resaltar que la desaceleración de la construcción tuvo un mayor efecto sobre las industrias amarradas “únicamente” a dicho sector, pues las manufacturas con conexiones a otras cadenas de valor (como los productos metálicos, atados al sector minero-energético y, en menor medida, los productos de vidrio, impulsados por el sector de bebidas) salieron mejor librados. 

 A futuro, Anif pronostica una leve recuperación para el sector constructor, expandiéndose a 4,2% anual durante 2017 como un todo (vs. 4,1% en 2016). Allí, la ejecución de la primera ola de concesiones 4G impulsaría a las obras civiles hacia expansiones cercanas a 5,7% anual al cierre del año (vs. 2,4% de 2016), logrando compensar la desaceleración proyectada para las edificaciones (2,1% en 2017 vs. 6% en 2016). Este subsector estaría afectado por: i) el rasgamiento de la burbuja hipotecaria no apalancada, donde las expansiones en los precios actualmente rondan niveles del 1%-2% real (vs. el 10%-15% de años anteriores); ii) algunas restricciones de oferta dada la incertidumbre jurídica de los POTs regionales, y iii) los aún elevados niveles de las tasas de interés hipotecarias, aunque ello debería moderarse a medida que se logre una mayor transmisión crediticia de las reducciones de -150pb en la repo del Banco de la República durante diciembre de 2016 y mayo de 2017 (llevándola a su actual nivel de 6,25%). Aquí también ayudaría el reciente anuncio del Gobierno respecto a la ampliación del cupo de subsidios a la tasa de interés para vivienda No-VIS, ahora incluyendo viviendas de hasta 435 SML.